La exmandataria transitoria de Bolivia, Jeanine Áñez, declaró este viernes en el juicio por el caso «golpe de Estado II», señalando que llegó al poder como «consecuencia de la convulsión» que vivía el país en 2019 y que no se «impuso» como presidenta.
«No pueden decir que esto fue algo orquestado, yo fui producto de esa situación de convulsión, yo fui una consecuencia de esa convulsión social», declaro Añez desde la cárcel de Miraflores de La Paz donde se encuentra recluidla preventivamente.
La expresidenta desconoció la potestad del tribunal y las acusaciones de la Fiscalía «porque están actuando políticamente» e insistió que como exsenadora y expresidenta a ella le corresponde «ser sometida a un juicio de responsabilidades».
«Hace 390 días que estoy sometida a procesos totalmente injustos, acusándome de delitos que no he cometido. Lo cierto es que hace 390 días que nosotros, a través de mis abogados, hemos presentado una serie de recursos y nos los han negado absolutamente todos. Por eso, este es un proceso eminentemente político donde yo estoy en absoluta indefensión», expresó.
La audiencia se llevó a cabo en dos modalidades virtual y presencial, a esta última se trasladaron al penal los representantes del Ministerio Público, de la Procuraduría, del Senado y la defensa de Áñez.
Según el oficialismo, Áñez debió convocar a una reunión parlamentaria para la restitución de las directivas y que la titularidad del Senado pertenecía al MAS, como fuerza mayoritaria, por lo que su llegada a la Presidencia fue «de facto».