Bolivia no pudo hacer nada ante un Lionel Messi inspirado, autor de los tres goles de Argentina (3-0), que pudieron ser más, este jueves en el Monumental de Buenos Aires por la décima jornada de las eliminatorias para el Mundial de Catar 2022.
Argentina tuvo su fiesta de la mano de su astro, el encargado, con su notable habilidad, de ser la llave que abriera el candado defensivo boliviano, y fue por esa vía por la que la albiceleste le hizo más daño a la Verde y marcó la diferencia en el score, pero sobre todo en lo futbolístico.
La selección al mando de César Farías dejó en lo defensivo una mejor imagen que contra Uruguay al cambiar el sistema de línea de cuatro a una de cinco y de poblar más el medio para defenderse, pero no fue suficiente ante jugadores habilidosos y en especial ante el iluminado 10.
Argentina marcha segunda con 18 puntos —y un partido menos— bien encaminada hacia la clasificación, mientras que Bolivia ha quedado arrinconada en el penúltimo lugar con solo 6 y un panorama difícil de remontar.
El golazo de Messi
La selección nacional empezó nerviosa, encerrada, presionada y con fallos en la salida. Mucho después se animó a soltarse un poco, pero evidentemente su objetivo era estar bien parada atrás. Le duró poco.
Apareció Messi a los 13 minutos y abrió la cuenta con un golazo. Había amenazado antes, pero en cuanto tuvo la oportunidad de mostrar toda su jerarquía no la desaprovechó.
Agarró la pelota, se quitó de encima a Luis Haquin con un túnel y le pegó con la misma zurda que hizo todo lo anterior para mandar la pelota pegada al palo derecho, imposible para el golero Carlos Lampe.
El 1 a 0 confirmó lo que se veía venir. Argentina era más desde un comienzo. La Verde agarraba la pelota, pero la perdía rápido y andaba arrinconada.
Messi hizo otra jugada que acabó en gol, pero el centro de Ángel Di María encontró ligeramente adelantado a Lautaro Martínez.
Cuando Bolivia se tranquilizó dio la sensación de que podía tener una mejor producción. Entre Erwin Saavedra y Jesús Sagredo se perdieron una posibilidad. Entraron al área muy a los tropezones.
Fue como una aguja en un pajar. Después, Leo retomó el control y, esta vez volcado sobre la izquierda, superó a sus marcadores y le entregó la pelota a Martínez para que hiciera el segundo, pero Lautaro remató desviado con el arco a su disposición.
El “10” del PSG tuvo una más, un zurdazo que de milagro se fue a un costado del palo.
Bolivia estuvo cerca del empate (43 minutos) por un error de Rodrigo De Paul con un pase errado hacia atrás, sin embargo, el regalo no lo aprovechó Henry Vaca con un tiro por encima del travesaño.
El hombre de la noche
Al volver del descanso Bolivia adelantó un poco más sus filas, ya no estuvo tan encajonada en su terreno y tuvo más la pelota, entonces Argentina bajó la presión.
Pero eso duró muy poco. Los avances del seleccionado eran hasta por ahí, sin mayor profundidad y con poco poder ofensivo.
Ese respiro que le dio su rival se acabó cuando Messi volvió a agarrar ritmo y a encarar, a gambetear, a amagar. En una de esas soltó la pelota y no hubo quién la empujara en el medio.
La realidad fue que, en este partido, quizás más que en otros, todas las pelotas de los ataques argentinos pasaban por su astro, que la mayoría de las veces estaba en la generación, pero también en la definición.
Fue notable la jugada del segundo gol, a los 64, porque encargó buscando la pared en muy poco espacio, Martínez le devolvió la pelota, Messi remató de zurda tapado por Quinteros, pero el rebote le quedó para la diestra y la colocó superando a Lampe.
Un disparo cerca, lanzado por Leonel Justiniano, provocó que Bolivia se acercara. Igual que un centro de Ramiro Vaca cabeceado por Martins.
Pero lo de los argentinos siempre era más, llevaban peligro en cada jugada.
Lampe salvó en un mano a mano después de un error de Gabriel Villamil. Aunque el guardameta se tuvo que rendir de nuevo ante Lionel. Tapó un fuerte disparo de Paredes, pero para el rebote estaba su verdugo Messi colocando el 3 a 0 a los 88 minutos.
Fue muy clara la diferencia. El equipo campeón de América celebró con su público la conquista de hace dos meses en Brasil y lo hizo con un ingrediente adicional: fue la noche del mejor jugador del mundo.
La síntesis de la Conmebol: https://www.conmebol.com/analisis-del-partido?competition=342&season=112022&match=2043642