Con el impulso de la sociedad civil, este viernes 4 de noviembre inicia una campaña nacional para informar, sensibilizar y fortalecer las estrategias que buscan reducir, prevenir y combatir el VIH y COVID 19 en Bolivia.
La campaña, denominada Me cuido por mí, me cuido por ti, es liderada por el Mecanismo de Coordinación País Bolivia (MCP), una instancia multisectorial constituida a partir de alianzas entre representantes del sector público y sociedad civil involucrada en el desarrollo de programas y proyectos financiados por el Fondo Mundial, que contribuyen a disminuir significativamente la morbilidad y mortalidad causadas por el VIH/Sida, tuberculosis y malaria en todo el territorio nacional.
“El MCP cuenta con miembros comprometidos y comprometidas en la lucha de la Tuberculosis, VIH y Malaria. En esta oportunidad somos partícipes de apoyar el llamado y a entender que las personas con VIH y vulnerables, no solo buscan ser escuchadas, buscan ser comprendidas, poder tener el espacio y respaldo de la sociedad de una forma digna, sin estigma ni discriminación. Esta campaña tiene el objetivo de demostrar el gran valor que tienen cada uno de ellas y ellos y el porqué es necesario seguir generando conciencia. Esto habla no solo de un compromiso propio, sino va más allá y por eso la importancia de valorizar todos estos esfuerzos”, afirma Paola Pinto, presidenta del MCP Bolivia.
La campaña está sustentada en cuatro temas identificados en un estudio previo realizado por los colectivos involucrados en el proyecto: alentar la vacunación contra el COVID 19; fomentar la prueba rápida y adherencia al tratamiento para VIH y promover entornos responsables, solidarios y empáticos hacia la población afectada y vulnerable al VIH.
Las y los representantes destacan, que la campaña hace énfasis en el lado humano de las enfermedades, en la vulnerabilidad que tenemos como sociedad pero también en el potencial de cuidarnos los unos a los otros e incluso a nosotros mismos. “Es una campaña que busca despertar la empatía, el auto cuido, la responsabilidad con uno mismo y con las y los demás” afirma Claudia Cardozo, directora de la Fundación Hivos en Bolivia.
El virus del VIH surgió en el mundo en la década de 1980. En las personas afectadas, el virus puede llegar hasta el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida). Gracias al desarrollo científico de las últimas décadas, millones de personas que viven con la infección lograron niveles de control del virus y engrosaron la fila de las y los seropositivos; es decir, personas en cuyo organismo la presencia del virus es casi inexistente y su calidad de vida tiene pronósticos similares a quienes no adquieren el virus.
Empero, la llegada del nuevo coronavirus trajo nuevos desafíos. Como primera medida ante la emergencia, con mayor o menor intensidad, la mayoría de las autoridades de los gobiernos optaron por confinar a sus ciudadanos. Estos confinamientos derivaron, en Bolivia que, en el caso puntual de las personas que viven con VIH, estas no tuvieran acceso a sus medicamentos, ya que no podían asistir a los centros que habitualmente los atendían o, debido al declive de sus ingresos económicos, no tenían recursos para alimentarse adecuadamente para mantener sus niveles de inmunidad en buen estado.
“Durante la pandemia y el confinamiento, hemos hecho intervenciones para solventar la alimentación en nuestras poblaciones, no se podía trabajar y la falta de alimento para nuestra condición de vida (VIH) es fundamental”, recordó el presidente del colectivo LGBTI del departamento de La Paz, Cristofer Quiller, quien reside en El Alto.
“También logramos que los medicamentos (de atención y prevención, como la prueba rápida) llegaran a las personas que los necesitaban. Ellas y ellos no podían ir a los centros de salud o las medicinas no llegaban a los barrios”, continúa el representante, quien añade que en varias circunstancias optaron por llevar los medicamentos y alimentos en bicicleta o con otros vehículos que ayudaran a cumplir esta misión.
La baja que se ha registrado en el índice de personas que se hacen la prueba rápida de VIH desde que empezó la pandemia, es alarmante. Las consecuencias de esta situación son varias, pero dentro de las más importantes destaca que, si una persona no sabe si es seropositivo, no puede tomar las medidas de prevención necesarias para el cuidado de sí mismo. A esto se suma que la desinformación en torno a la vacuna contra el COVID 19, y el hecho de que esta no sea un inmunizante 100% efectivo, derivó que, entre los grupos de interés, corriera la voz de los efectos secundarios. No obstante, las personas seropositivas al VIH vacunadas contra el COVID 19 previenen los casos graves ante una posible infección con SarsCov2.
Por ello, la campaña Me cuido por mí, me cuido por ti, también, llegará a los colectivos, en particular y a la ciudadanía, en general, para demostrar que la salud se garantiza con información, solidaridad y empatía, a favor del bienestar colectivo.
No obstante, si bien el panorama parece complejo, la campaña Me cuido por mí, me cuido por ti, promueve el autocuido, la empatía y la solidaridad: La actividad no está basada en el temor, más bien está inspirada en la esperanza y en el ejemplo que brindan las personas que viven con VIH, gracias a su fortaleza y la capacidad que han demostrado al superar, tanto la pandemia del COVID 19, como todas las complejidades que surgen cuando se enfrentan con el diagnóstico seropositivo para el virus de inmunodeficiencia humana.