En tiempos de incertidumbre económica, comprar productos que cuentan con una certificación de calidad generan un importante valor agregado. Uno de los sectores que más absorbe esta realidad es, sin duda, el de la construcción. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en 2023 se aprobaron 5.474 permisos de construcción en el país sumando un total de 2,8 millones de m2, una cifra superior a la del 2022 cuando se inscribieron más obras (5.632) pero significaron menos m2 construidos (2,7 millones de m2).
Antes de invertir, los responsables de cada obra realizan un presupuesto donde se considera el costo de la mano de obra, la denominada obra gruesa y la obra fina. Sin embargo, al salir al mercado, las opciones y los precios abundan según la calidad, el diseño y el componente tecnológico que tiene cada uno. La recomendación del experto de obra es importante para elegir los proveedores de aceros, cementos, áridos, artículos de electricidad, hidráulico, telefonía, cañerías y artefactos sanitarios, pero también, es fundamental considerar la inversión que realiza cada proveedor en certificar la calidad de cada producto.
Lograr la certificación de un producto en un sector altamente competitivo es un reconocimiento al trabajo en equipo, la inversión y el esfuerzo que realiza una empresa pensando principalmente en el beneficio del cliente y en mantener una reputación de calidad de un producto en el mercado. Cumplir con los estándares que demanda una certificación requiere del cumplimiento de una decena de pasos que deben instalarse a cabalidad desde la conformación de equipos, revisión e implementación de procesos, capacitaciones y superar las exigentes auditorias de la certificadora.
En tiempos donde la calidad y la seguridad son cruciales en la construcción, las empresas que cumplen con los más altos estándares de certificación ofrecen más que solo productos. Estas certificaciones, como las otorgadas por el Instituto Boliviano de Normalización y Calidad (Ibnorca), son un sello de confianza que garantiza que los materiales utilizados en los sistemas eléctricos, de drenaje y alcantarillado cumplen con estrictos requisitos técnicos.
Tigre, la empresa líder en soluciones para la construcción civil con importante presencia en Bolivia, ha cumplido estos requerimientos para que Ibnorca certifique la línea de cables de cobre que se fabrican en La Paz y Santa Cruz y puedan incorporarse en todos los sistemas eléctricos de las construcciones en Bolivia.
Las mejores prácticas exigen un seguimiento continuo de los procesos y auditorías periódicas para renovar y mantener esas certificaciones, lo que implica un compromiso constante con la mejora y la calidad. Esta rigurosidad no solo mejora la organización y el control interno, sino que también minimiza las pérdidas, ahorra tiempo, optimiza el uso de materias primas, y lo más importante, garantiza la seguridad del usuario final.
Al elegir productos que cumplen con estos estándares, el consumidor invierte en algo más que materiales de construcción; invierte en la seguridad y durabilidad de su proyecto. En un contexto económico desafiante, asegurar la calidad y la longevidad de cada elemento de una obra es una decisión inteligente que proporciona tranquilidad y confianza. Vale la pena elegir calidad cuando cada decisión de inversión cuenta.
Invertir en una construcción o departamento es una decisión para resguardar los ahorros y también se constituye en una estrategia de inversión a largo plazo. Para maximizar la rentabilidad y evitar la depreciación, es fundamental optar por productos de calidad en cada etapa del proyecto. Esta elección además de garantizar la durabilidad y el valor de la propiedad protege la inversión de manera inteligente, asegurando que con el tiempo su valor se mantenga o incluso aumente.
Juan Pablo Rubilar
Gerente General de Tigre en Bolivia