La crisis sanitaria por la pandemia del COVID-19 se intensificó en Brasil con la falta de camas de terapia intensiva en casi todos los estados del país. Los más afectados por el colapso son Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul. La población en estas regiones es mayoritariamente bolsonarista y se negó a adherir de forma masiva a las cuarentenas para frenar los contagios.
Brasil sumó 1.972 nuevas muertes por COVID-19 en las últimas 24 horas -un récord desde el inicio de la pandemia el año pasado- y más de 70 mil contagios nuevos, según detectó el último informe diario del ministerio de Salud. Los expertos sanitarios lo atribuyen al efecto de la variante P1 que surgió el pasado noviembre en Manaos, capital del estado de Amazonas.
«Hoy tendremos probablemente 2.000 muertos en un día. Necesitamos una coordinación nacional. Si el gobierno nacional no asume que lo haga el Congreso», advirtió Joao Gabbardo, exviceministro de Salud de Bolsonaro y actual coordinador del comité de Covid-19 del gobernador paulista, Joao Doria.
El gobierno del presidente Jair Bolsonaro envió una carta de urgencia a China en la que alerta al país asiático sobre la falta de vacunas en Brasil. También solicitan la venta de 30 millones de dosis la vacuna Sinopharm, fabricada en China.
Por otra parte, los gobiernos regionales y municipales volvieron a implementar restricciones y medidas de distanciamiento social. Casi todo el país está bajo un toque de queda nocturno, en los estados con mayor población los comercios permanecen cerrados y sólo se permiten las actividades esenciales. Con estas medidas las autoridades intentan evitar el colapso total de los hospitales. Algo que está próximo a ocurrir, según el último boletín de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), uno de los más importantes centros de investigación. Desde el Fiocruz atribuyen
De acuerdo a los últimos datos publicados por la Fiocruz, 25 de las 27 capitales regionales de Brasil tienen una tasa de ocupación de sus unidades de cuidados intensivos que supera el 80 por ciento. Mientras que en 15 de estas ciudades registran una tasa superior al 90 por ciento.
San Pablo es el estado más afectado de todo el país. También tiene el mayor número de habitantes con 46 millones de personas. Aun con la cuarentena que empezó el viernes pasado, un total de 13 de los municipios en el Gran San Pablo tienen todo el sistema sanitario colapsado. Mientras que la ocupación de la unidad de cuidados intensivos es superior al 80 por ciento. En el estado de Santa Cantarina suspendieron el traslado de pacientes sin cama al estado de Espirito Santo que se había ofrecido la semana pasada. Sin embargo, su sistema hospitalario también se encuentra bajo presión máxima.