Diario de una boliviana en Nueva York / Day 3. «The best pizza in NYC»

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Gino’s Pizzería, en una noche de julio de 2021.

Olvidar tus llaves dentro de casa puede ser el comienzo de una aventura deliciosa. En este caso, me permitió probar «the best pizza in New York» (la mejor pizza de Nueva York), a decir de mi primo newyorkino.

Dos días antes, mis nuevos amigos, Chris y Paty, me aseguraban que la calidad del agua de la Gran Manzana hace que las pizzas aquí sepan riquísimas, con una suavidad que llega hasta los bordes.

Y Paty sabe de lo que habla, pues trabaja como chef en una empresa de catering de alto nivel que cuenta entre sus comensales a famosos como Jennifer López y Bono. Sin embargo, su hermano Christopher no está tan seguro: «Chicago pizza should be better, don’t tell anybody», me comenta en voz baja.

El caso es que, tras el incidente con las llaves, tenía un par de horas hasta que otra vez se me abrieran las puertas. Tiempo suficiente para tomar unas Blue Moon en un restaurante tailandés.

Allí perdí la inocencia cuando, ante mi pedido de un plato -cualquiera-  que llevara queso, me enteré de que la comida tailandesa no lleva queso en absoluto. «Good to know», es lo único que atiné a decir antes de tomar mi último trago.

Entonces, presa del antojo llegué hasta Gino’s Pizzería. Como todos los emprendedores, Gino se está recuperando de la crisis económica que causó la pandemia. Hace cuatro meses, Nueva York se ha reabierto el turismo y por las calles uno puede ver a personas con y sin barbijos. En varios locales solo se permite el ingreso sin mascarilla a quienes estén completamente vacunados.

Pero no he visto ni por si acaso a gente frotándose alcohol en las manos, como solemos hacer compulsivamente en Bolivia, ni mucho menos rociadores automáticos en las entradas de los supermercados.

Gino cuenta con orgullo que en 2018 compró esta tradicional pizzería que funciona hace más de 40 años en el distrito de Queens. Cuando le pregunto cuál es su toque, ese que hace de sus pizzas las mejores, comparte entre otras cosas su selección de tomates de altísima calidad.

En su menú uno encuentra las Brick oven style (estilo horno de ladrillo) que incluyen la Margherite (mozarela, salsa de tomate, albahaca y aceite de oliva) o una Melenzana (queso ricotta con berenjena empanizada), solo por citar dos.

También las hay rellenas. Pero yo opto por la tradicional y una hawaiian style. Cada porción te cuesta casi unos tres dólares. Y sí, son suaves, suavísimas como aquella tarde de espera. Y sus tomates… aún tengo su sabor inolvidable prendido a mi paladar.