La noche de este martes, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, calificó de “golpista confeso” al expresidente Evo Morales y le advirtió que “su tiempo ha terminado y sus acciones criminales pronto van a concluir y van a cesar”.
“Al mundo entero, a la comunidad internacional, le informamos que el señor Evo Morales pasó de ser víctima de un golpe de Estado a ser un golpista confeso que busca destruir la democracia en nuestro país y acabar con la vida de bolivianas y bolivianos para victimizarse, y a través de esos elementos, lamentablemente buscar sentarse en la silla presidencial”, manifestó en conferencia de prensa.
Según la autoridad, el propio Morales reveló en el inicio de la marcha en Caracollo sus intenciones de búsqueda de la dimisión del presidente Luis Arce y del vicepresidente David Choquehuanca, para que asuma la presidencia el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez.
“Si el primer y segundo hombre (del país, Arce y Choquehuanca) abandonan al pueblo, está el tercero hombre del Estado, el hermano Andrónico Rodríguez, con nosotros”, dijo Evo Morales antes de inaugurar su marcha denominada “para salvar Bolivia”.
Además, dirigentes evistas como Ponciano Santos y Ramiro Cucho habrían amenazado con llevar al país a una “guerra civil” y a un “baño de sangre” para consumar el “plan” de Morales.
De acuerdo con Del Castillo, ese “plan empezó a ejecutarse” este martes con el inicio de la marcha de Caracollo a La Paz, la cual tuvo un enfrentamiento con un grupo de personas afines al Gobierno de Luis Arce en la localidad de Vila Vila, entre la carretera Oruro y La Paz.
“Está llenando ya de sangre las carreteras y de luto al pueblo boliviano, solamente por el único interés de satisfacer los apetitos electorales de una persona”, manifestó Del Castillo y advirtió que el Gobierno actuará frente a estas acciones en apego a la ley.
