El llanto y dolor se apoderan de sus rostros. Es una mezcla de impotencia y desesperación que carcome no solo su deteriorada salud, sino sus pocas esperanzas de vida. “El cáncer no espera, el cáncer avanza”, afirma Rosario Calle.
Se trata de la presidenta de la Asociación de Pacientes con Cáncer del Hospital de Clínicas, quien reclama por atención médica para su sector desde la huelga que ha instalado junto con sus compañeras en inmediaciones de la unidad de Oncología quirúrgica.
El convenio que firmaron con el gobierno de Evo Morales en 2018, como su ampliación, ha fenecido el 1 de octubre para pesar de los pacientes que luchan contra ese mal, que en muchos casos se convierte en un trágico sinónimo de muerte.
“Lamentablemente ya ha terminado el convenio, necesitamos uno nuevo para que los pacientes puedan ser atendidos gratuitamente en radioterapia y braquiterapia”, lamenta.
“Durante la pandemia hemos tenido mucho abandono por las autoridades, tanto del Sedes como del Ministerio y el Programa de Lucha Contra el Cáncer, no han hecho nada por los pacientes”, afirma mientras es entrevistada por la red de televisión Uno.
Reclamo
Su quebrada voz es solo el reflejo de la situación que sopesa el sector. “Hay pacientes que están en situación crítica que han llegado de Oruro y de otros departamentos porque no han recibido tratamiento oportunamente, están esperando por meses”.
En ese grupo hay más de una veintena de pacientes que en muchos casos tienen el mal tan avanzado que ya no buscan cura, sino solo tratamientos paliativos para el dolor que sienten en sus cuerpos porque la palabra “tarde” ha llegado a sus vidas.
“Hay pacientes que están llorando de dolor, están sangrando. Queremos que las autoridades se pongan en sus zapatos”.
Desde mayo y, en algunos casos junio, los tratamientos se han visto afectados y la pandemia del COVID-19, que obligó a varios centros de salud a cerrar o limitar su atención, ha jugado un papel decisivo en ese contexto.
A ello se suma que algunos pacientes no pueden pagarse una prueba de laboratorio para determinar si son portadores del virus, requisito para acceder a los centros de salud.
Crítica situación
“Les dicen que les van a llamar del ministerio y no hay cuando les llamen y así los pacientes han ido deteriorándose poco a poco; las familias están desesperadas; los pacientes con cáncer también tienen esperanzas, quieren vivir por sus hijos, muchas son mamás, muchos son jóvenes”, dice Calle.
Según la dirigente, las autoridades de salud “tiene conocimiento” de esta realidad, sin embargo, hasta la fecha no brindan una respuesta.
Las mujeres, que han instalado sus “camas” en los pasillos del Hospital de Clínicas con cartones en mano y algunas frazadas, están dispuestas a llegar hasta las últimas consecuencias.