En Bolivia y en varias partes del mundo, el 19 de marzo se celebra a los padres, recordando su papel sagrado como protectores y guías de familia, tomando como ejemplo a San José, el padre de Jesús.
Según escritos biblicos, José, hijo de Jacob, y descendiente de la estirpe del rey David, fue un artesano carpintero que nació en Belen y pasó su vida en la ciudad de Nazareth. Tomó por esposa a María, la mujer que traería al mundo terrenal a Jesus, el hijo de Dios.
Considerado un hombre justo, humilde y sabio, las Sagradas Escrituras revelan que le enseñó a Jesús la artes de su trabajo. Y conformó junto a María y Jesús, la Sagrada Familia que sentaría las bases del amor y de la vida con la alianza firme e indisoluble de un hombre y una mujer: el matrimonio.
Llamado el “Santo del silencio” porque en los relatos bíblicos no aparece palabra pronunciada por él, la Iglesia lo toma como modelo de silencio y humildad. Y por lo mismo, no se conoce la fecha en la que José murió, solamente que falleció antes de que Jesús iniciara su predicación.
Ese trabajo silencioso y humilde que hizo José se repite, en la actualidad, en la mayoría de los papás que se esfuerzan por sacar adelante a su familia. No esperan retribución ni agradecimiento, pero sería justo que, olvidando reproches y errores propios del ser humano, valoremos lo que recibimos de ellos.