Este jueves 13 de abril llega a las salas de cine “El exorcista del Papa”, la nueva película de Sony Pictures y Andes Films protagonizada por el multipremiado Russell Crowe e inspirada en la vida del sacerdote Gabriele Amorth, exorcista en jefe del Vaticano y basada en sus libros “Un Exorcista Cuenta Su Historia” y “Un Exorcista: Más Historias”, hoy por hoy auténticos éxitos de venta.
En el largometraje, el Padre Amorth pone en marcha una investigación en torno a la terrorífica posesión de un niño llamado Henry y termina develando una longeva conspiración que, con desesperación, el mismísimo Vaticano ha intentado ocultar por todos los medios.
Antes de protagonizar su primera película de terror, Crowe viajó a Roma para investigar a Amorth y se reunió con amigos del sacerdote y miembros de su orden, incluidos algunos que habían estado presentes en los exorcismos. Dos elementos del carácter del italiano atrajeron al actor australiano: “La pureza de su fe y su sentido del humor”.
“En la cinta, el Padre Amorth y su socio, el Padre Esquibel, interpretado por Daniel Zovatto, investigan una posesión en la Abadía de San Sebastián, en Castilla, España. Una joven familia ha decidido comenzar desde cero y renovar la antigua propiedad” comenta Fabiana Cabrera, gerente de marketing de Sony – Andes Films Bolivia, añadiendo que, en el largometraje, la abadía goza de una longeva conexión con la Iglesia católica; ciertas cosas ocurrieron ahí alguna vez, pero ahora han sido desenterradas. Estos eventos ocurrieron durante una de las épocas más sombrías de la propia Iglesia, cuando los castigos eran distribuidos entre aquellas personas que no estaban a la altura de sus creencias.
El Padre Gabriele Amorth murió en 2016 a los 91 años, lo que incentivó un luto nacional en Italia. Su leyenda sigue viva; fue un iconoclasta, un pensador independiente y un alma muy valiente, que pasó toda su vida brindando ayuda a los afligidos, menciona Cabrera, acotando que una de sus increíbles historias ahora se podrá apreciar en la pantalla grande, en una escalofriante película de 103 minutos que no se pueden perder los amantes del horror.