Evo Morales culpa del silletazo a la “derecha golpista”

El incidente se produjo durante un encuentro de su partido en la zona que el MAS considerada su cuartel general por el mayoritario respaldo que tiene: Lauca Ñ, en el municipio de Shinaota.

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El momento en que Evo Morales recibe un silletazo en Lauca Ñ.

El silletazo que el expresidente Evo Morales recibió ayer durante un encuentro de su partido en Lauca Ñ, en el Trópico de Cochabamba, fue condenado por sus seguidores y celebrado por quienes consideran que el acto fue una muestra de descontento por no dar espacio a la renovación en su partido.

Para el jefe del Movimiento Al Socialismo (MAS), que ya tuvo que enfrentar otros momentos de descontento interno por la forma de elección de candidatos para las subnacionales, hubo un ataque de la “derecha golpista”.

“Denunciamos que la derecha golpista trata de destruir la unidad del MAS-IPSP enviando infiltrados para generar violencia en nuestros ampliados que tienen como objetivo la elección democrática y pública de nuestros candidatos para los comicios subnacionales”, denunció en su cuenta el Twitter.

El incidente se produjo durante un encuentro de su partido en la zona que el MAS considerada su cuartel general por el mayoritario respaldo que tiene: Lauca Ñ, en el municipio de Shinaota.

El descontento comenzó cuando el precandidato a la gobernación de Santa Cruz, el exministro de Gobierno, Carlos Romero, hizo uso de la palabra. Los asistentes lo acusaron de ser “golpista” y exigieron renovación en su partido.

Videos del momento en que ocurrió el hecho muestran la protesta casi generalizada de los asistentes, tras lo cual Morales se levanta de la silla para dejar el lugar, momento en que recibe el silletazo, que apenas le roza la cabeza.

El pasado jueves, Morales tuvo que ocultarse por unas tres horas en uno de los cuartos de la Alcaldía de Betanzos, próxima a la ciudad de Potosí, después de que los campesinos del norte, centro y sur de ese departamento desconocieran al candidato a gobernador elegido en su presencia.

Las bases del MAS se enfrentaron a golpes, destrozaron algunos bienes públicos y eligieron a otro postulante.