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sábado, 5 de octubre de 2024
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Extender la protección social colocando a la infancia en el centro

Queda poco para el 2025, fecha en la cual los países se han comprometido para poner fin al trabajo infantil en todas sus formas.

América Latina y el Caribe ha conseguido reducir sostenidamente el trabajo infantil en los últimos años. A la fecha, y como resultado del compromiso de los países de la región, al menos 6 millones de niños y niñas ya no se encuentran en esta situación. Estamos cada vez más cerca de cumplir con la meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: poner fin al trabajo infantil en todas sus formas para el 2025.

Bolivia tiene el reto de continuar avanzando por la misma senda, sin descuidar los riesgos emergentes derivados de la crisis por la COVID-19.  El último informe sobre estimaciones mundiales del trabajo infantil (OIT-UNICEF, 2021) ha alertado que, si no se llevan a cabo estrategias de mitigación inmediatas, el número de niños en situación de trabajo infantil en el mundo podría incrementarse en 8,9 millones a finales de 2022, como resultado del aumento de la pobreza y la vulnerabilidad.

Por ello, en el Día Mundial contra el Trabajo Infantil 2022, la OIT llama a los países a reforzar las intervenciones que han hecho posible que tengamos buenos resultados y orientar los esfuerzos actuales en el diseño y puesta en marcha de medidas de protección social para poner fin al trabajo infantil.

De acuerdo con el último informe de OIT y UNICEF (2022), en América Latina y el Caribe solo el 56,3% de la población estaba cubierta efectivamente por al menos una prestación de protección social. En el caso de los niños y las niñas, esta cobertura apenas supera el 40%.

En los esfuerzos que Bolivia haga para fortalecer su sistema de protección social, será crucial que se garanticen las prestaciones adecuadas a lo largo de todo el ciclo de vida de las personas, dando prioridad a las prestaciones familiares, de maternidad, desempleo y las de jubilación.

Queda poco para el 2025, fecha en la cual los países se han comprometido para poner fin al trabajo infantil en todas sus formas. Hay que actuar ahora teniendo en cuenta que la protección social es una potente herramienta para evitar que las familias pierdan sus medios de vida, caigan en la pobreza y recurran al trabajo infantil en tiempos de crisis. Es, también, decisiva para mejorar el acceso a la nutrición, la salud y la educación de niños, niñas y adolescentes.

Llegar a la meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible requiere que los actores nacionales trabajen juntos en al menos tres pilares: un acuerdo político compartido en cada país y región, una inversión social con impacto local medible y una red de alianzas para la reducción sostenida del trabajo infantil.

La posibilidad de llegar a esta meta dependerá también de cuan capaces seamos de brindar respuestas innovadoras, construidas a través del diálogo social entre gobiernos, trabajadores y empleadores.

Por: Ítalo Cardona, director de la Oficina de OIT para los Países Andinos