“En Bolivia, se ha logrado un rendimiento cada vez mayor en la producción de carne vacuna y ello quiere decir que se aprovechará más cantidad de carne por cada carcaza de animal vivo en la faena y con una calidad similar a la que tienen los productores de Brasil”, indica el gerente general del frigorífico FRIDOSA, Jaime Barrenechea.
De acuerdo con el ejecutivo, a inicios de junio, la Asociación Boliviana de Criadores de Cebu (ASOCEBU) y FRIDOSA, con el apoyo de la Asociación de Criadores de Nelore de Brasil, llevaron a cabo la Segunda Faena Técnica de animales de la raza Nelore y los resultados fueron alentadores: el peso promedio de las carcasas fue de 270,7 Kg por cabeza, un 36% superior al peso promedio a nivel nacional, que llega a 199 kg por cabeza de ganado.
Esta actividad contó con la participación de 750 ejemplares bovinos pertenecientes a 17 cabañas ubicadas en el departamento de Santa Cruz y Beni, de pequeños, medianos y grandes productores. En esta faena técnica se calificó las condiciones raciales del animal, la edad y el peso promedio y la terminación o acabamiento de los animales.
“La faena técnica es la herramienta más eficaz para evaluar la capacidad productiva de nuestros hatos. En Bolivia tenemos todas las condiciones para ser un gran productor de alimentos. Las inversiones en genética, sanidad animal y nutrición nos permiten procesar animales más jóvenes y más pesados, hay una constante evolución en nuestro hato ganadero”, señala Barrenechea
De acuerdo con un comunicado de ASOCEBU, fue el reconocido juez internacional de ganado en la raza nelore, Andrés Locatelli, quien ponderó el notable desarrollo de las carcasas que han alcanzado los 750 animales que participaron en la cita efectuada en el municipio cruceño de Cotoca.
Locatelli, gerente ejecutivo de Nelore Brasil, fue el juez encargado de evaluar el concurso y por ende fue la autoridad máxima en la valoración de los ejemplares; indicó que en comparación a la primera edición del evento, la actual la supera con amplitud.
De acuerdo con ASOCEBU, lo alcanzado en la faena técnica es el resultado de un estricto circuito de crianza de ejemplares bovinos de gran calidad que, además, abarca la recría y el mejoramiento genético. Los ganaderos bolivianos han apostado por la mejor genética para inseminación, transferencia de embriones y otros.
Barrenechea puntualizó que no sólo se mejoró en cuestión de rendimiento, sino también en estándares de calidad. “Es importante destacar cómo la carne boliviana ya cuenta con estándares altos de calidad, lo que repercute en el mercado interno y la demanda de cortes diferentes y variados, aunque sobre todo convierte a Bolivia en un exportador de carne que puede competir con Brasil, Argentina y Paraguay. Ello es fruto de la inversión que realizó el sector en mejoramiento genético y engorde”, concluye Barrenechea.
Producción en Bolivia
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2021, la producción de carne de res a escala nacional llegó a cerca de 213.450 toneladas, una cifra que mostraba una recuperación en comparación con 2020, cuando se llegó a poco más de 193.172 toneladas, que implicaba un bajón respecto a las 204.203 toneladas que se alcanzó en 2019.
En la actualidad, según el INE, el hato ganadero se concentra en el departamento de Santa Cruz con más del 44%, seguido de Beni con un 30% de las cabezas de ganado; es decir, entre los dos reúnen al menos el 74% del total nacional. El restante 26% se distribuye en los siete departamentos, donde Chuquisaca es el tercero con mayor cantidad (7%), seguido por La Paz (6%), Tarija (5%), Cochabamba (4%), Potosí (2%), Pando (1%) y Oruro (0,89%).
La progresión es el resultado de un estricto circuito de crianza de ejemplares bovinos de gran calidad que, además, abarca la recría y el mejoramiento genético. Gracias a ello, se logró que hoy exista en el hato ganadero muy buena habilidad materna, buenos terneros, destete con buen peso y precocidad en ganancia de peso.
Las inversiones y mejoramiento de prácticas, sin embargo, comenzaron hace más de una década, cuando los ganaderos cruceños empezaron a virar hacia una mejor genética de inseminación, transferencia de embriones y otros.