El Gobierno boliviano, durante su participación en el 177 periodo de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), consideró este jueves que esa institución contribuye a la polarización en Bolivia, por lo que le pidió actuar con imparcialidad en el tratamiento de las situaciones que conciernen al país.
«Efectivamente, en Bolivia hay una polarización, pero la CIDH está contribuyendo a esa polarización. Contribuye (por ejemplo) al clasificar a la sociedad civil en A y en B como si fueran los buenos y los malos de un lado o del otro lado», manifestó Huberth Vargas, viceministro de Justicia.
Asimismo, según la autoridad, la Comisión se presta a esta polarización cuando dice que escucha a todas las víctimas de los conflictos post electorales de 2019, pero en los hechos solo se centra en un sector.
Por ejemplo, «yo quisiera saber por qué la CIDH no aprobó la solicitud que realizó a tiempo el hijo de una de las víctimas de la balacera en Montero (para participar de esta audiencia) y también quisiera saber por qué no se la aceptó a la periodista (Casimira Lema, para quien) el Estado boliviano tuvo que ceder un espacio para que se la pueda escuchar», cuestionó.
En ese contexto, Vargas le recordó a la CIDH que la violación de derechos humanos en Bolivia no se registró únicamente en el último periodo, sino también durante los 14 años del gobierno de Evo Morales.
Pero «qué dice la CIDH al respecto, no dice nada, restringe 100% (…) sus investigaciones solamente a los hechos de Sacaba y Senkata, y no sabemos a título de qué», lamentó.
Del mismo modo, «quisiera saber qué dice la CIDH sobre la violación de derechos humanos que hoy la Asamblea Legislativa está cometiendo al no aprobar leyes, por ejemplo, para la otorgación del 10% del presupuesto del Estado para la salud o al no aprobar los créditos para atender la emergencia (sanitaria)», agregó.
Entre tanto, el ministro de Justicia, Álvaro Coímbra, recordó que la CIDH tampoco actuó con tanto énfasis, como ahora lo hace sobre los hechos de Sacaba y Senkata, cuando se registraron una serie de casos durante el gobierno de Morales, como la represión en Chaparina, La Calancha, Porvenir, entre otros.
Añadió que en distintos hechos se registraron más de 100 muertos y la CIDH nunca se pronunció ni vino al país, entonces el actual gobierno va a seguir criticando desde donde se encuentre «porque hemos sufrido 14 años y no hemos escuchado nunca a la Comisión pronunciarse sobre Bolivia».
Aunque «espero, con todo respeto, que desde hoy en adelante la CIDH tenga una visión más imparcial para Bolivia», remarcó Coímbra.
Sin embargo, el presidente de la CIDH, Joel Hernández, se comprometió ante el Ministro de Justicia a enviarle un informe «muy detallado» de todas las actuaciones que esa instancia ha tenido en el país a lo largo de su historia.
«La Comisión centra su trabajo en las víctimas, en las violaciones de los derechos humanos de las víctimas sin ningún color ideológico (…) y la Comisión ha sido permanentemente criticada (por eso)», puntualizó Hernández.
