Fundada en 1941 en Apote, una comunidad del municipio cochabambino de Tiquipaya, la granja avícola Saavedra ha desarrollado un “modelo de crecimiento con enfoque solidario”, según explicó Williams Hernández, el gerente de esa unidad productiva.
“La granja fue fundada por mis bisabuelos. En sus inicios era una granja dedicada a la producción de leche y finalmente encontró que el negocio era la gallina de huevo comercial”, puntualizó el ejecutivo de la empresa avícola.
Hernández mostró su emprendimiento en el marco de la serie de cortos audiovisuales que produjo Banco BISA para contar historias de éxito, resiliencia y solidaridad de varios emprendedores durante los primeros meses que Bolivia y el mundo enfrentó la pandemia de coronavirus.
“Desde 2018 teníamos el objetivo de construir un almacén de mayor capacidad para traer los insumos para preparar la alimentación de nuestras aves en producción. Por esta razón, acudí a Banco BISA y ellos me apoyaron rápidamente para atender mis necesidades”, contó Hernández.
Pero el incremento de la producción de huevos tropezó con el período de la primera gran cuarentena de 2020, cuando se restringió la circulación de personas y vehículos. Fue entonces que la Avícola Saavedra tuvo que apelar al ingenio para distribuir sus productos.
“Hemos tenido que cambiar nuestro sistema de distribución, hemos tenido que formar grupos de distribuidores que se encarguen de hacer la entrega de nuestro producto puerta a puerta”, relató el gerente, quien valora esa experiencia porque le permitió acercarse a la gente.
De este modo, los huevos de la granja Saavedra llegaron a consumidores variopintos, pero también a otros emprendedores que hallaron en la repostería o en la producción de pan
“De pronto, nos hemos convertido en el contacto de esas personas y con historias muy bonitas, de personas que han empezado a incursionar en la panadería y la repostería”, como una alternativa en momentos difíciles para la economía; recordó Williams Hernández, luego de valorar que esta gestión le permitió crecer en ventas.
Las ventas de la empresa mejoraron a pesar de la adversidad. No obstante, la pandemia afectó a muchas comunidades rurales entre las que están próximas a la granja Saavedra. “¿Y cómo no íbamos a devolver algo a nuestra gente?”. “Hicimos un censo para poder llegar a las personas que realmente necesitaban el alimento. Empezamos a hacer una distribución semanal de huevo a cada una de las familias para que no pasen hambre durante esta pandemia. La solidaridad es tarea de todos y es parte de nuestra cultura empresarial”, remarcó el gerente.