17.5 C
La Paz
martes, 2 de julio de 2024
InicioGenteLa industria del medicamento en Bolivia invirtió en los últimos años $us...

La industria del medicamento en Bolivia invirtió en los últimos años $us 500 millones en infraestructura, tecnología y conocimiento  

Los laboratorios aseguran que pueden producir el 70% de los medicamentos más usados por la población, incluso algunos usados para paliar el cáncer. El contrabando afecta al sector cada año con al menos $us 100 millones.

Desde la puesta en marcha de la Norma de Buenas Prácticas en Manufactura (BPM), a inicios de los años 2000, la industria farmacéutica en Bolivia asumió retos e inversiones para aprovisionar de medicamentos a la población boliviana.

Las industrias farmacéuticas potenciaron sus plantas productivas invirtiendo alrededor de 500 millones de dólares en la construcción de nuevas infraestructuras y en la adquisición de equipos de alta tecnología. El objetivo: incrementar su producción y generar nuevas líneas de producción.

De acuerdo a la Cámara de la Industria Farmacéutica Boliviana (Cifabol), a esa inversión se suma la realizada en conocimiento y la capacitación de recursos humanos en el manejo de la alta tecnología en laboratorios y farmacia que se adquirió.

“Se construyó infraestructura y se adquirió equipos de alta tecnología con una alta inversión.  También se invirtió en recursos humanos, en personal que pudiera operar los equipos y asimilar la tecnológica que se implementó. De ahí que, en una evaluación muy general de la industria farmacéutica, se puede afirmar que desde el año 2000 se invirtieron más de 500 millones de dólares”, señala el gerente de Cifabol, Josip Lino.

El representante del rubro farmacéutico boliviano remarca que su sector sigue encaminado en ese proceso de crecimiento y modernización, dispuesto a seguir invirtiendo, “porque el conocimiento en materia de salud y farmacéutica avanza todos los días”.

La industria farmacéutica boliviana cuenta al menos con 23 empresas que compiten en el mercado. 17 están asociadas a Cifabol. Laboratorios como Vita, INTI, Bagó de Bolivia, Cofar, Alcos, Albus, Valencia, Delta, Febsa, Farcos, Lafar, IFA, Ifarbol, Laqfagal, Praxair y Alfa son parte de la entidad privada.

Apegadas a la política nacional de medicamentos, estas industrias elaboran al menos el 45% de los medicamentos que demandan los establecimientos de salud públicas y de la seguridad social para atender a la población.

“Somos un sector altamente regulado por la naturaleza de lo que producimos. Los medicamentos están sujetos a diversa normativa porque deben cumplir con calidad, seguridad y eficacia”, afirma Lino.

En Bolivia, la regulación a la industria del medicamento está encabezada por la Ley del Medicamento y una lista de al menos 50 normas, reglamentos, manuales, guías, entre otros.

“La normativa apunta a efectuar los controles y la verificación de que todos los pasos y requisitos exigibles se cumplen. Esto pasa por el control y verificación a las infraestructuras, equipos y personal”, explica el gerente de Cifabol.

Alta tecnificación

El inicio de la industria del medicamento en Bolivia está marcado en los años 30 del siglo pasado, en el contexto de la posguerra del Chaco (1930-1935), con visionarios como Ernesto Schilling Hunn y José Kieffer Bedoya, quienes fundaron los laboratorios Inti y Vita, respectivamente. En la actualidad, el rubro ronda por los 90 años y una de sus cualidades es “su alta tecnificación”, asegura el gerente de Cifabol, Josip Lino.

“La industria del medicamento de un país tiene que estar a la altura de la tecnología, la innovación y el conocimiento, porque en materia de salud y farmacéutica, el conocimiento avanza todos los días y eso nos obliga estar a la altura. Si en el mundo se habla de medicamentos para una determinada enfermedad, tenemos que comenzar a pensar en cómo producirlos”, afirma.

Medicamentos esenciales

En Bolivia, la producción de la industria del medicamento está concentrada en la demanda que generan las enfermedades prevalentes en el país (cardiovasculares, respiratorias, coronarias, renales, diabetes). Elabora antinflamatorios, antivirales, cardiológicos, entre otros, en presentación de comprimidos, jarabes y soluciones (sueros), entre otros.

El sector produce alrededor del 45% de los medicamentos que forman parte de la Lista Nacional de Medicamentos Esenciales, que las autoridades en salud actualizan y aprueban cada dos años.

El gerente de Cifabol, Josip Lino, explica que el restante 55% de esos fármacos son importados. Sin embargo, remarca que la industria farmacéutica nacional, con su actual capacidad instalada, está en condiciones de elaborar hasta un 70% de la nómina de esenciales.

Añade que a partir de alianzas puede producir fármacos oncológicos, hormonales, retrovirales y vacunas, entre otros.

“Propusimos avanzar en proyectos de tecnología, generando centros de innovación en alianza con el Gobierno, las universidades y otros, para producir en el país medicamentos oncológicos, por ejemplo. Se necesita una alianza, porque la industria del medicamento no puede enfrentar sola esos esfuerzos. Nosotros podemos colaborar con el conocimiento y experiencia”, remarca.

Lino reconoce que para la producción de algunos medicamentos, sobre todo oncológicos, se requiere de una alta tecnología, que en la región sólo se encuentra en países como Argentina y Brasil.

El representante destaca que desde la pandemia, el sector comenzó a producir antivirales. Al haber ampliado su línea de producción, fortaleció la confianza de laboratorios extranjeros, que ahora le confían la producción de sus medicamentos.

Materia prima

En Bolivia, la industria farmacéutica trabaja en su mayoría con insumos importados.

«99% de la materia prima que usamos es de importación. Proviene de la India y la China, principalmente», precisa Josip Lino.

El gerente de Cifabol indica que cada mes, los laboratorios precisan entre 10 y 14 millones de dólares para adquirir esos insumos.

Amenaza

Como para el resto de la industria boliviana, el contrabando es un competidor desleal para el sector farmacéutico. El gerente de Cifabol, Josip Lino, señala que el comercio ilegal de fármacos copa al menos el 20% del mercado de medicamentos, provocando una pérdida de entre 80 y 100 millones de dólares, al año.

Lino lamenta que lo más preocupante del contrabando de medicamentos es que representa un atentado contra la salud de los bolivianos.

“Nos resta competitividad, pero lo más preocupante es que pone en riesgo la salud de la población”, afirma.

 “En el país se han formado mercados del contrabando en los que la población compra medicamentos que no tienen registro sanitario ni otro tipo de control de calidad. La gente se deja llevar por el precio, que muchas veces puede ser hasta un 50% más bajo que el del medicamento legal, pero no se dan cuenta del riesgo que corre su salud”, añade. En junio, el sector sostendrá un encuentro con la Alianza Latinoamericana de Lucha contra el Contrabando para analizar esta problemática. En tanto, la industria farmacéutica boliviana sigue dedicada a la modernización e innovación para mantenerse a la altura de la demanda de la población, asegura Josip Lino.