Los líderes del G7 finalizaron su cumbre en Cornualles (Gran Bretaña) con un ambicioso acuerdo que promete la donación de 1.000 millones de vacunas contra el COVID-19 para países en desarrollo.
El compromiso será cumplido a través de donaciones directas o de financiación del programa internacional Covax, que distribuirá la mitad de la cantidad acordada antes de finalizar 2021.
“Los expertos calculan que serán necesarias 11.000 millones de dosis como mínimo para derrotar a la pandemia a nivel global. Aun así, la declaración conjunta explica que los compromisos adquiridos por los siete países desde el comienzo de la pandemia elevan el total de la cooperación a 2.000 millones de dosis y se espera que la cifra aumente progresivamente”, señala un reporte de Euronews.
En la rueda de prensa de clausura, Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido, dijo que 100 millones de dosis saldrán de ese país.
«Sé que el mundo esperaba que rechazáramos parte del egoísmo y los enfoques nacionalistas que han empañado la respuesta mundial inicial a la pandemia, y que canalizáramos todo nuestro poderío diplomático, económico y científico para derrotar definitivamente al COVID-19, y espero que hayamos estado a la altura de algunas de las esperanzas y predicciones más optimistas», agregó el primer ministro británico.
La donación de las vacunas tiene como objetivo promover una recuperación sostenible y justa en la salida de una pandemia que aún no ha concluido.
Los jefes de Gobierno y Estado que han acudido a Cornualles admitieron que la cifra de dosis comprometidas se queda corta, si se atiende a los cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que estimó necesarios 11.000 millones de dosis para inmunizar al 60% de la población global, pero se comprometieron a ir aumentando más adelante las cantidades.