El presidente Luis Arce cuestionó, este lunes, las deportaciones de inmigrantes ilegales iniciadas por el gobierno de los Estados Unidos y planteó impulsar en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la declaración de la migración como un derecho humano.
La posición la fijó durante su intervención virtual en la XII Reunión Extraordinaria de Jefes de Estado y Primeros Ministros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), donde atribuyó a la política injerencistas estadounidense los flujos migratorios.
“Desafortunadamente, en los últimos días, hemos observado con indignación escenas de deportación desde Estados Unidos de hombres y mujeres encadenados y esposados, que reviven en la memoria la esclavitud, una de las etapas más vergonzosas de la historia y de la humanidad”, manifestó el mandatario.
Y afirmó que no se puede admitir la violación de los derechos de los migrantes, porque, si bien “cada país tiene derecho a definir su política migratoria”, “ninguna (nación) puede ignorar los tratados y acuerdos internacionales que regulan la movilidad humana y protegen la seguridad y dignidad de los migrantes”.
Luego de asumir como presidente de los Estados Unidos, Donald Trump ordenó operaciones masivas para deportar entre 1.200 y 1.500 migrantes ilegales por día, hecho que generó roces con países de América Latina, como Colombia.
En el caso de Bolivia, al menos 200 conciudadanos serían deportados, según datos de las autoridades de Migración del país norteamericano, indicó el 31 de enero el cónsul boliviano en Washington, Celso Herbas.
“Desde la Alianza Bolivariana por los Pueblos de Nuestra América debemos rechazar estas medidas y exigir un tratamiento respetuoso y justo para nuestros con nacionales”, manifestó Arce.
Asimismo, el mandatario afirmó que los migrantes juegan un papel fundamental para el desarrollo de los países y la mayor parte de las veces entregan beneficios al país receptor, como mano de obra, y al país de origen, remesas.
En ese contexto, instó a los países del ALBA-TCP a impulsar en “el ámbito multilateral que Naciones Unidas declare la migración como un derecho humano”.
Y arguyó que la migración es un proceso inherente a la historia de la humanidad y que han “habido muchos migrantes de Inglaterra hacia Estados Unidos y responden a factores económicos, políticos, sociales, demográficos y ambientales”.