La ciudad se vio afectada por la reciente movilización de marchistas encabezados por el expresidente Evo Morales y otras manifestaciones a favor del Presidente Luis Arce, que generaron aproximadamente 2.8 toneladas de basura a lo largo de su recorrido.
El trayecto de los marchistas comenzó en El Alto y descendió por la autopista, con la participación de otras marchas que se originaron en Villa Fátima y en la parte posterior de la Avenida Ballivián.
A medida que las manifestaciones avanzaban, dejaban en su paso, latas, botellas de plástico y vidrio, bolsas con residuos de coca masticada y de comida, papeles, entre otro tipo de basura, que eran recogidas por cuadrillas de limpieza que se organizaron para hacer este trabajo de limpieza.
Willy Balderrama, director del Sistema de Regulación y Supervisión Municipal (Siremu), informó que, gracias a un despliegue coordinado de limpieza, las cuadrillas de Siremu, formadas por 20 personas en cada zona afectada, se apresuraron a recoger la basura acumulada en el camino de los marchistas.
“Desplegamos cuadrillas de 20 personas en cada zona para ‘bolsear’ la basura. Los camiones pasaron para recogerla, y en algunas áreas donde hemos implementado la ‘contenerización’ de carga lateral, se ha utilizado camionetas y otros recursos logísticos”, explicó Balderrama. Esta coordinación tuvo el objetivo de mitigar el impacto visual y ambiental de las marchas en la ciudad.
Como medida de prevención ante posibles enfrentamientos de grupos afines a Morales y al presidente Arce, el Siremu había retirado los contenedores del centro de la ciudad un día antes de la marcha. Los recipientes serán reubicados una vez se confirme la finalización de las movilizaciones, programada para el miércoles.
A la espera de la decisión de los marchistas, las autoridades locales mantendrán el operativo de limpieza activo y prepararán el retorno de los contenedores a su lugar habitual, garantizando así la limpieza y el orden en las calles de la ciudad.
El impacto de las manifestaciones en la limpieza urbana es un recordatorio de la importancia de la gestión adecuada de residuos, especialmente en contextos de movilización social.