No estás loca, te está haciendo gaslighting

“Uno de los aspectos más pérfidos del gaslighting es la negación de la realidad. Que se te niegue la realidad de lo que has visto con tus propios ojos y que tú sabes es verdad, que se te niegue una experiencia que tuviste y sabes es real… te puede volver loca, pero no estás loca”

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En la película Gaslight (1944) la protagonista se encierra en su casa y se deprime porque se halla convencida de que está perdiendo la cordura. Cuando en realidad lo que ocurría era que su esposo bajaba la intensidad de la luz a gas (gaslight en inglés) a propósito y escondía objetos en la casa. Cada vez que ella notaba la luz tenue, él lo negaba y le hacía creer que ella estaba sufriendo alucinaciones.

De ahí nace el término gaslighting, un comportamiento tóxico propio de personas con desórdenes de personalidad narcisista, antisocial o borderline, según Stefani Sarkis, quien es autora del libro Gaslighting, reconoce a la gente manipuladora y emocionalmente abusiva y libérate. ¿Cuál es su objetivo? “Ganar control y manipular en sus relaciones”, asegura la psicóloga.

Esta técnica manipulativa consiste en hacerle dudar a la otra persona de su juicio, convenciéndola de que un hecho real nunca sucedió. Este tipo de abuso no solo ocurre entre parejas, también aparece en familiares, colegas de trabajo, entornos educativos y otros. Cuando alguien está atravesando por este tipo de abuso psicológico comienza a dudar de sus propias memorias, sufre depresión y suele aislarse de la gente.

Puedes identificar esta conducta nociva si sueles escucharle frases como las siguientes:

  • “Eso nunca sucedió”
  • “Te lo estás imaginando”
  • “Estás mintiendo”
  • “Eso no pasó así”
  • “Nada que ver”
  • “Estás loca”
  • “Estás enferma”
  • “Necesitas ayuda”
  • “Era un chiste”

Esto le ocurrió a Andrea (44), quien pasó un fin de semana con su primo (55) en una ciudad cercana a donde vivía. Una de esas noches el primo se incorporó sobre el cuerpo de ella en su cama, lo cual marcó el inicio de una serie de interacciones que terminaron en masajes mutuos. Después de esas experiencias se volvieron muy íntimos a nivel emocional. Hablaban por teléfono al menos tres veces al día. La dinámica llegó a causarle una especie de angustia, reconoce ella, puesto que cuestionaba la relación con su actual pareja.

Como ella no quería hablar a nadie sobre esto llegó a tener síntomas físicos de ansiedad y depresión. Entonces le explicó al primo acerca de lo que ella estaba sintiendo. Él no solo evitaba hablar de lo ocurrido, sino que negaba que hubiera pasado algo y le decía cosas como “estás enferma” o “no tienes límites”. Más confundida aún, ella decidió contarle a su pareja lo que estaba atravesando.

La pareja le ayudó a identificar que ella había vivido no solo una experiencia sexual, sino un patrón de violencia durante esos días. Entonces Andrea decidió escribir y poner en claro todo lo que había sucedido ese fin de semana perturbador. Al verlo plasmado en un papel, se dio cuenta de que quien había comenzado a traspasar los límites había sido él y también, de que ella había sufrido violencia física y emocional de su parte. Le mandó el escrito al primo, con la intención de encararlo y aclarar las cosas de una vez.

Como sucede en los casos de abusadores que hacen gaslighting, él negó todo y la acusó de loca. Dijo que ella estaba mintiendo y que se había inventado lo acontecido. Incluso le sugirió que viera a un psicólogo. Además, se encargó de decirles a familiares que ella tenía un desorden sexual y que necesitaba ayuda.

“No fue fácil. Tardé casi un mes en encararlo. Estaba tan confundida. Pero cuando por fin lo hice, un enorme peso se me quitó de encima. Incluso, el hecho de que él insista en que yo me inventé lo que ocurrió ese fin de semana sirvió para darme cuenta mejor del patrón de abuso. Pude saber que la relación con él era tóxica y que estaba dañándome”, cuenta Andrea.

¿Por qué lo hacen?

De acuerdo con Sarki, “los gaslighters van a decir que tú o la gente alrededor de ellos son irracionales y tienen cosas malas, cuando en realidad ellos están evitando tener que explicarse a ellos mismos o tomar responsabilidad por sus acciones”.

En el caso de que el gaslighting se presente en el trabajo, “por ejemplo los gaslighters van a poner a sus colegas en riesgo por no seguir las guías de seguridad. Cuando son confrontados por superiores acerca de esas violaciones ellos argumentarán que nadie realmente salió herido y que ellos están siendo injustamente etiquetados”. Un jefe gaslighter negará que te ha dado alguna instrucción que resultó contraproducente o te culpará por algo que nunca hiciste, con tal de quedar bien con su superior.

En un colegio también se presenta este tipo de manipulación. “Los padres a quienes se les dice que sería de ayuda si ellos pudieran pasar más tiempo leyendo en casa, automáticamente van a echarle la culpa al otro padre por los problemas del niño con la lectura o van a culpar al profesor o la escuela por traer este asunto a la luz”, ilustra Sarkis.

La próxima vez que dudes de tu cordura y te hagan creer que te estás inventando las cosas, ponte atenta a identificar las frases típicas de un gaslighter. La fase de aislamiento que sufre la víctima se supera teniendo la valentía de identificar tus propias dudas y temores. Cuéntaselo a alguien. Verás cómo se disipan las sombras y se hace la luz.

La periodista y escritora estadounidense Ariel Leve recomienda en su charla TED Cómo lidiar con el gaslighting, cuatro técnicas que la ayudaron a sobrevivir al abuso manipulador ejercido por su madre, quien le hacía creer por ejemplo, que no había habido borrachera en casa la noche anterior, mientras Leve era menor de edad y debía ir al colegio. “Uno de los aspectos más pérfidos del gaslighting es la negación de la realidad. Que se te niegue la realidad de lo que has visto con tus propios ojos y que tú sabes que es verdad, que se te niegue una experiencia que tuviste y sabes es real… te puede volver loca, pero no estás loca”, reflexiona.

4 técnicas de ayuda

  1. Mantente desafiante. Esto es confiar en tu versión de la realidad. Es una rabia que protege. El gaslighter siempre tratará de bullearte. Sé resiliente.
  2. Reconoce que nunca habrá asunción de responsabilidad por sus actos. No sirve aplicar lógica y razón. Sabiendo esto ya no estás sin poder.
  3. Dejar ir el deseo de ser diferente. La persona que te hace gaslighting te hace sentir que la tierra siempre está siempre moviéndose bajo tus pies y que no tienes centro de gravedad.
  4. Desarrolla un desapego sano. No significa desapego total, sino distinguir el mundo del gaslighter del mundo real. Deja de engancharte con alguien que te hace gaslighting y ponte a ti primera. Si te metes con él eso solo hará que nunca te sientas escuchada.

Leve cuanta que sobrevivió al gaslighting escribiendo sobre esto. “Era mi manera de darle sentido el caos, organizándolo en la página. Esto pasó, esto fue real. Si era publicado o no, no importaba. Era algo que tenía que ser escrito, decir lo que necesitaba ser dicho para validad mi realidad… era testimonio y decir mi historia era y sigue siendo un acto de redención”.

Paula Jordán es una periodista boliviana-chilena que trabajó como editora de Culturas y de la sección internacional en periódicos y revistas en la ciudad de La Paz.