«La pandemia por COVID-19 ha afectado a las mujeres de manera desproporcionada y amenaza con deshacer décadas de progreso hacia la igualdad de género», advirtió ONU Mujeres.
En ese sentido, la organización, también prevé que, en 2021, 47 millones de mujeres y niñas se verán empujadas a la pobreza extrema, con lo que el total será de 435 millones que tendrán que vivir con menos de 1.90 dólares al día.
Por eso «para ONU Mujeres es imperante trabajar de manera inmediata junto al Estado y la sociedad civil en impulsar la agenda pendiente hacia la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas para el 2030, en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible», cita una nota informativa de la mencionada organización.
Con este objetivo, ONU Mujeres en Bolivia y Católicas por el Derechos a Decidir plantearon una agenda pendiente en el país para alcanzar la igualdad de género.
El documento resalta varios temas que fueron analizados y debatidos desde el pasado 10 de julio hasta el 28 de septiembre, en ocho paneles del «Ciclo Beijing+25», con el aporte de más de cincuenta mujeres que lideran redes nacionales, sectoriales, regionales, entre académicas, representantes de comunidades indígena originario campesinas, estudiantes, profesionales y otras.
Los temas pendientes en Bolivia identificados en esa actividad son:
– Autonomía de los cuerpos, que permitirá avanzar en el respeto y garantía de las decisiones de las mujeres, en lo relativo a su sexualidad y reproducción y garantizar el cumplimiento de la normativa nacional y los estándares internacionales de derechos humanos en lo referente al derecho a decidir.
– Desarrollo integral de las mujeres, que representa promover la participación efectiva de mujeres en el ámbito económico, político, social y cultural, para consolidar su dignidad como sujeta de derechos.
– Justicia sexual y reproductiva que permite visibilizar la diversidad de mujeres desde el enfoque de «interseccionalidad», promoviendo respuestas estatales.
– Vida libre de violencia, alcanzable solo si se cuenta con una política de Estado con mirada estratégica y acciones sostenidas a largo plazo, que incorporen acciones en las áreas de educación formal y acceso a la justicia para combatir la discriminación y la violencia contra las mujeres y niñas.
– Participación de las mujeres afrobolivianas, indígenas originarias campesinas que permitan el diseño de políticas estatales que amplíen oportunidades económicas, educativas y políticas a mujeres de áreas rurales y mujeres migrantes y se implemente el enfoque de «interseccionalidad e interculturalidad» en las políticas públicas bolivianas.
– Desarrollo integral de las mujeres jóvenes, a través de una «relectura» sobre la importancia del empoderamiento de las niñas, adolescentes y jóvenes para avanzar sociedades igualitarias y con justicia social.
– Comunicación sin estereotipos, lo que significa implementar acciones serias de comunicación para el desarrollo, en la que no haya cabida para la comunicación sexista y se promueva el cambio de imaginarios patriarcales y machistas.
– Y finalmente la no discriminación hacia las mujeres trans, lo que implica, el desarrollo de procesos de sensibilización a la población en general.
ONU Mujeres y Católicas por el Derechos a Decidir reiteran su compromiso para apoyar a las instancias competentes, para que junto a la sociedad civil se den pasos firmes en la concreción de estas tareas pendientes.
