La Policía logró desarticular una peligrosa banda criminal, que operaba en varias ciudades del país, al mando de un antisocial de nacionalidad chilena, identificado como Aníbal Nolberto C. A. (alias Vampiro Chico), informó este lunes el ministro de Gobierno, Arturo Murillo.
Sin embargo, este sujeto, apenas se enteró que era buscado por la Policía, «se retiró a otro país vecino», explicó Rubén Barrientos, director departamental de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de Santa Cruz.
Otro de los integrantes de la organización, identificado como Ezequiel S. S. (alias Negro) también se encuentra prófugo. En tanto, Patricio Manuel P. V. (alias el Pato); Henry R. C. (Leches); Rolando A. L. y Mariela V. M. fueron capturados.
«Hay un tema importante que resaltar (en este caso y es que) estos señores tienen antecedentes, han estado en la cárcel (…) y la pregunta que nos hacemos es quiénes son los fiscales y jueces (que les otorgaron) la libertad, pese a que han reincidido en múltiples casos criminales», cuestionó el ministro Murillo.
Como ejemplo, el jefe policial citó el caso de «Leches», a quien se atribuye hasta el momento 13 hechos delictivos.
Los antisociales, generalmente, realizaban disparos de armas de fuego en el ingreso y a la salida de los sitios donde ejecutaban los robos agravados.
Los delincuentes, según información policial, inicialmente se trasladaban en vehículos de dos y cuatro ruedas para marcar los lugares donde iban a ejecutar los robos.
Luego, se separaban para no ser identificados fácilmente y operaban generalmente en ciudades como Tarija, La Paz, Santa Cruz, Yacuiba, Montero y La Guardia.
Esta banda criminal ejecutó varios robos, entre ellos, a joyerías e incluso a una entidad financiera en Santa Cruz; se conoce que también querían cometer el mismo delito en un banco en Tarija, pero fue frustrado por la Policía.
Además, no se «hospedaban en residencias y alojamientos, tenían terceras personas que les realizaban contratos para alquilar de habitaciones de dos, tres y cuatro cuartos e inclusive en edificios como hicieron en Tarija», agregó Barrientos.
Asimismo, se presume que tenían un «informante» dentro de la Policía, pues cada vez que se ejecutaba un operativo para capturarlos, desaparecían minutos antes de que los uniformados lleguen al lugar.
«Para nosotros, este caso ya está esclarecido, (aunque) tenemos prófugos», concluyó el Director de la FELCC.
