El Cnl. Msc. DAEN A.N., Guimer Romero Pacheco, presentó este miércoles su obra «Manantiales del Silala», una publicación que puede contribuir en el juicio que tiene Bolivia con Chile en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre ese recurso natural.
“El presente trabajo es una contribución para el país, es original, relevante y de fácil lectura técnica, es pionero en su contenido y contexto, abarca factores que no fueron considerados en su momento, aporta y examina principios derivados de la investigación, análisis y evaluación de los antecedentes históricos, geográficos, legales, científicos y técnicos en la necesidad de exponer fundamentos de calidad, digna de tomarse en cuenta para defender nuestro derecho soberano al uso de estas aguas, que ahora benefician solamente a la República de Chile”, dijo el autor, en la presentación realizada en el salón de Honor de la Academia Boliviana de la Historia Militar.
Indicó que entre los antecedentes está la concesión del uso de esas aguas a la Bolivia Railway Company Limited Co. Ltd. por parte de la prefectura de Potosí en 1908 y que era un contrato entre partes y no de Estados.
Agregó que, desde 1995, en el país se tomaron las primeras acciones de defensa de las aguas del Silala con la conformación de comisiones de alta decisión política y diplomática técnica, con el objetivo de elaborar una propuesta estratégica de Estado tanto en el ámbito diplomático, como técnico que deba sostener la posición boliviana frente a la posición chilena.
Lamentó que Chile se adelantara, en 2016, y llevara el problema de las aguas del Silala a un juicio ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, reclamando que esas aguas forman parte de un río de cauce natural e internacional, que fluye al territorio del vecino país.
Romero destacó que las aguas del Silala tienen un 95% de pureza y propone embotellarla y venderla, porque actualmente el país no se beneficia de ese recurso natural como lo hace Chile.
Indicó -enfáticamente- que cualquier arreglo sobre las aguas del Silala, será “tan trascendental como el Tratado de 1904, sin derecho a reclamo”.