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domingo, 7 de julio de 2024
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Reclusos de Chonchocoro y Qalahuma contruyen viveros subterráneos como parte de su rehabilitación

Los partícipes de estos talleres están conscientes de la oportunidad y la idea que se tienen para cambiar la imagen de los recintos penitenciarios.

Los privados de libertad que están recluidos en el centro de Rehabilitación de Qalahuma y en el penal de Chonchocoro iniciaron el programa “Mis manos producen” y como parte de su rehabilitación empezaron a construir viveros subterráneos, informó la dirección departamental de Régimen Penitenciario de La Paz.

“Hoy nuestros centros penitenciarios son centros productivos (…) Por el espacio con el que contamos en Qalahuma y Chonchocoro y por lo económico, estamos construyendo viveros subterráneos”, comunicó Franz Laura, director departamental de Régimen Penitenciario de La Paz.

Asimismo, declaró que más del 90% de la población recluida está asimilando la importancia de su rehabilitación y reinserción. Por esa razón, lo internos estudian, trabajan y ocupa su tiempo en actividades productivas y creativas. Sin embargo, reconoció que el 2% aún se resiste a estos cambios.

“Hay privados de libertad que no entienden la importancia de la reinserción social, pero es el mínimo es un 2%, el 98% está trabajando está estudiando o trabajando y necesita que la población conozca estas actividades”, señaló la autoridad penitenciaria.

En estos invernaderos la principal inversión inicial no es en dinero, sino en mano de obra para crear el hoyo en la tierra de casi dos metros. Señaló que por el trabajo de los privados estas construcciones no necesitarán mucha inversión y solo se deberá adquirir el agrofil (carpa solar) que captura y conserva el calor del invernadero.

Estas construcciones serán eficaces para mantener una temperatura constante porque las paredes subterráneas de tierra ayudan a retener el calor y la humedad, algo que minimiza el consumo de agua que pueden resistir al clima extremo del altiplano paceño.

“Los privados de libertad ya sean preventivos o sentenciados están en el taller de agricultura, (…) hemos iniciado en Qalahuma y ya iniciaremos en Chonchocoro, de los 600 privados de libertad por lo menos va a estar trabajando unos 100 privados de libertad”, explicó Laura.

Los partícipes de estos talleres están conscientes de la oportunidad y la idea que se tienen para cambiar la imagen de los recintos penitenciarios.

“Se van a producir todo tipo de vegetales para enriquecer la alimentación de los privados de libertad y en un espacio más amplio se iniciará con la siembra de papa”, señaló a tiempo de afirmar que se está cumpliendo con la línea del Gobierno para convertir los centros carcelarios en centros productivos y autosustentables.