El director del Instituto Nacional de Estadística (INE) aseguró que el descenso de la tasa de fecundidad del 7,7% al 2,1% y la pandemia del Covid-19 fueron los factores principales que impactaron en los resultados del Censo 2024 en Bolivia y cifraron la población en 11.312.620, dato menor a las proyecciones.
“No estoy hablando de números matemáticos, de supuestos (sino del) registro Serecí, de defunciones y de nacimientos algo innegable, algo irrefutable”, afirmó.
Además, arguyó que la última misión técnica conjunta entre el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas “confirmó la coherencia de los datos preliminares a nivel nacional y subnacional, en relación con las evaluaciones recientes sobre fecundidad, mortalidad y migración”.
“Es lógico, quién puede rechazar esta realidad social (de la baja fecundidad) y quién puede rechazar el impacto que hemos tenido producto del Covid con la muerte de muchos de nuestros familiares, negar esta realidad es algo que es técnicamente inadmisible”, dijo Arandia.
Basado en los datos recolectados por el Censo y la exposición del representante UNFPA, Arandia mencionó que “antes se tenían matrimonios a temprana edad, pero ahora se tiene un matrimonio a mayor edad, pero también más divorcios”.
Eso habría ocasionado el bajo nivel de fecundidad porque también las parejas asumieron más controles para no tener hijos.
Según sus datos, entre los años 60 y 70, cada mujer, en promedio, tenía entre 7 y 6 hijos; entre los 70 y los 80, entre 5,5 y 5 hijos; entre los años 80 y los 90, pasó a 4 a 4,5 hijos y después de los 90 a los 2000, ya llegó a 3,5 hijos.
“Cuando realizamos la EDSA (Encuesta de Demografía y Salud) en 2016, obtuvimos un ratio de 2,9 hijos por mujer. Tres hijos. Y con la EDSA que hemos realizado el año pasado, lo que hemos encontrado es que tenemos 2,1 hijos”, expuso.
En ese sentido, sostuvo que el indicador de Bolivia está en la “media mundial”, donde sólo una tasa de fecundidad más alta la tiene África, incluso “los países desarrollados, economías emergentes en general, y ni qué decir, Europa, tienen tasas globales de fecundidad por debajo de 2, que es la tasa de reemplazo, la tasa crítica”.
“Si un país tiene una tasa de fecundidad por debajo de 2, su población tiende a envejecer y a estancarse y o decrecer. Una dinámica ya temporal. Y esto no es un fenómeno de Bolivia, es un fenómeno a escala global, porque los supuestos que brindamos de la transición demográfica que explicamos son reales. Nadie la va a poder discutir, que ese es el comportamiento que está ocurriendo hoy en día en todas las familias”, argumentó.