La crisis de la UMSA, la hizo pública el señor rector al informar sin suficiente explicación que no se contaba con efectivo para cancelar salarios y aguinaldo; desencadenando así una reacción justificada de docentes y trabajadores administrativos.
Una Comisión Económica Financiera conformada en el H.C.U. para establecer las causas de la crisis, demostró que la debacle fue progresiva desde el año 2015 al 2020 hasta alcanzar el déficit acumulado de Bs. 574.678.026; suma que pudo haber cubierto 10 meses de salario. La evolución fue la siguiente:
Dicha Comisión verificó que entre las causas más importantes para la quiebra económica están el incremento de 28 % para pago a personal eventual y consultores, la excesiva e irregular contratación de personal eventual y el incrementó de 779 % para pago de indemnizaciones y desahucios a jefes de Unidades Administrativas que, luego de concluir funciones temporales interinas en cargos administrativos, fueron irregularmente indemnizados con recontratación inmediata en sus cargos de base. (fuente: Informe de la Comisión Económica Financiera del H.C.U.).
La actual gestión rectoral del Ingeniero Mayori, heredó el déficit, correspondiéndole resolver el pago del aguinaldo y salarios de noviembre diciembre; consecuentemente, pasarle la cuenta por la crisis instalada entre el 2015 y 2020 es un despropósito. Tampoco es responsable plena la Directora Administrativa Financiera, quién por la estructura organizacional obedecía órdenes del Rector.
Si tuviera que buscarse culpables, nos encontraríamos con rectores, vice rectores, ejecutivos de Fedsidumsa y Stumsa, presidentes de la Comisión Administrativa Financiera, auditores y asesores jurídicos que de alguna manera participaron en el manejo económico de la UMSA del 2015 al 2020, algunos con total buena fe. Sin Embargo, sería ocioso ocuparse de ellos en el momento actual; esa tarea les compete a las instancias correspondientes. De cualquier forma, no es saludable buscar protagonismo político responsabilizando de la crisis acumulada a las actuales autoridades ni al HCU; y es un desatino plantear que la situación financiera se resolvería generando recursos propios, vendiéndoles proyectos y servicios al Estado y las empresas o consiguiendo financiamiento internacional, a manera de privatizar la UMSA. Esto, solo demuestra ignorancia sobre los montos del presupuesto y sus fuentes de financiamiento estatales.
En conclusión, el aguinaldo ya se pagó, y los salarios de noviembre y diciembre se cubrirán con recursos propios de las facultades en calidad de “préstamo” y con un soporte extraordinario que nos dará el gobierno. Lo que debe preocuparnos y ocuparnos, es que a partir de enero la situación es totalmente incierta; los recursos por coparticipación tributaria, IDH y del Tesoro disminuirán sustancialmente con relación a años precedentes y la crisis será mayor. En esa perspectiva, es obligación de las autoridades informar sincera y detalladamente el escenario que se espera para el 2021 y lo que se hará. Es deseable que as medidas que se asuman, no se las definan cupularmente entre autoridades temporales, incluidas las del HCU. Lo recomendable es conformar un equipo técnico de trabajo con técnicos, DAF, representantes del HCU, fedsidumsa, Stumsa, FUL y docentes de base que elabore en no más de un mes una propuesta económica para la coyuntura post pandémica inmediata. Las transformaciones estructurales profundas que necesita la UMSA, deberían empezar a debatirse desde las bases cundo el componente financiero se aclare.
Es necesario recuperar la conciencia de que el gobierno tiene la obligación constitucional de resolver nuestra situación económica. Debe aprovecharse como una oportunidad excepcional que el presidente de la república sea de la UMSA para conseguir acuerdos que garanticen sustentabilidad durante este quinquenio. Para lograr ese objetivo, nuestra relación universidad – Estado debe estar basada en el más alto rango de cooperación eficiente en estricto respeto mutuo, situando por delante la Autonomía Universitaria. Adicionalmente, al margen de lo establecido por la CPE debemos fortalecer el financiamiento con planes y programas quinquenales conjuntos financiados con recursos extraordinarios por producto. Ir por el camino de la confrontación sería lo menos acertado.
Esta ree ingeniera debería ser lo mas vendible posible, porque mayormente los términos de abogados que emplean en la redacción no son claras y concretas, ademas plantean metas que no tienen sustento económico.
La academia se debe sostener con presupuesto, una fuente es el estado pero no es suficiente. Para formar excelentes profesionales es necesario el equipamiento de los laboratorios y centros y estaciones experimentales. Y la generación de recursos residuales de la enseñanza e investigación debería investirse en el mantenimiento de estos centros.
Existe una confusión en la Universidad entre investigación y producción. Nuestra función ademas de formar profesionales es la investigación, para generar nuevos conocimientos, nuevas tecnologías, nuevas innovaciones. cuyo precio unitario tiene mas valor que solo producir. La producción lo hace la empresa privada, Nosotros generamos tecnología: como reproductores de alta calidad tecnológica, nueva variedades de semillas, nuevos conocimientos que debemos capitalizar.
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