La empresa Isolcruz impulsa en Bolivia el proyecto EcoLeben, un emprendimiento reconocido a nivel internacional por incentivar la construcción sostenible en nuestro país, promoviendo la utilización de materiales eco-amigables y energías limpias.
El Project Manager de EcoLeben, también Gerente Comercial de Isolcruz, Alejandro Sanguino, destacó las ventajas principales del proyecto entre las que están la aislación térmica y acústica, que además de brindar confort dentro de las edificaciones tanto en invierno como en verano, impulsan el ahorro energético disminuyendo el uso de aires acondicionados.
Los prototipos de viviendas ecológicas se presentarán la primera semana de diciembre en la Universidad Tecnológica Privada de Santa Cruz (UTEPSA) donde una de las edificaciones funcionará de forma permanente en los predios de la casa de estudios para un laboratorio y centro de entrenamiento para estudiantes de pre y post grado.
“Desde hace más de 30 años en Isolcruz nos hemos especializado en la aislación con materiales térmicos para cámaras frigoríficas, furgones de transporte de alimentos y contenedores, es de ahí que nació la iniciativa de promover estos materiales para la construcción civil”, explicó Sanguino.
El directivo destacó que su empresa detectó una creciente demanda en el sector de la construcción de viviendas residenciales para el uso de materiales termoacústicos que den solución a la necesidad de edificaciones más amigables con el medioambiente y que sean viables en términos energéticos.
“Las viviendas que hemos logrado con EcoLeben permiten brindar confort a los hogares y ahorrar electricidad por las propiedades de sus materiales”, indicó.
“EcoLeben es una palabra compuesta que quiere decir ecosistema y vida en alemán, y adoptamos este nombre porque nuestra empresa accedió a un financiamiento del Gobierno alemán mediante el Ministerio de Desarrollo para desarrollar este proyecto”, indicó.
Las viviendas ecológicas del programa EcoLeben rompen con los estándares tradicionales de la construcción. “Estamos acostumbrados a construir con ladrillos huecos que, a pesar de funcionar como un cerramiento, no tienen propiedades para la aislación térmica. Dado que, al ser huecos y tener aire adentro, tienen una conductividad térmica muy alta. El calor o el frío penetran con mucha más facilidad”, explicó Sanguino.
Las paredes térmicas se complementan con las tejas térmicas tipo sándwich de poliestireno expandido que no permiten el ingreso de la radiación solar. Finalmente, el sistema se fortalece con los paneles solares que permiten obtener energía a muy bajos costos y resultados destacados incluso en zonas del país donde no hay energía eléctrica centralizada.
El directivo resaltó que al comienzo del proceso las viviendas ecológicas tienen un costo mayor, pero en el mediano plazo la inversión se recupera gracias al ahorro que los usuarios tendrán en energía.
“La gente está buscando cada vez más viviendas energéticamente eficientes para que las temperaturas extremas, calor o frío, no penetren en los ambientes, esto pasa tanto en Potosí como en Santa Cruz”, destacó.
Una de las ventajas comparativas de este tipo de construcciones es el tiempo de entrega de la obra. Según Sanguino una vivienda ecológica de unos 90 metros cuadrados con dos dormitorios para una familia tipo de cuatro personas puede estar lista en menos de 30 días calendario “llave en mano”, frente a los 90 días que tardaría una vivienda tradicional.
Las viviendas de EcoLeben utilizan menor cantidad de agua y agregados (arena y piedra) en su construcción, resultando también en un ahorro económico en ítems como el revoque.
En diciembre se inaugurará en la UTEPSA el modelo “on-grid”, que de noche trabaja con energía solar acumulada en sus celdas fotovoltaicas y el excedente de energía que tenga se puede inyectar a la red general de la CRE, por lo que los usuarios pueden obtener recursos por la venta de esa energía. En Samaipata se construyó el segundo tipo de vivienda ecológica “off-grid”, que es completamente independiente del sistema centralizado de energía eléctrica y depende únicamente de la energía solar. “Queremos inspirar a las familias bolivianas y a los constructores con una alternativa que va a modificar los hogares que habitamos”, sentenció Sanguino.