El abogado estadounidense Thomas Becker afirmó este viernes que el caso gases lacrimógenos y la evidencia de la existencia de un clan mafioso en el gobierno de Jeanine Áñez, puso en evidencia “un patrón de abusos” cometidos por el exministro de Gobierno, Arturo Murillo.
“Es importante entender que esto es parte de un patrón de varios abusos de Murillo y otras personas involucradas en su Ministerio. No solo es una acción de soborno, sino meses y meses de abusos y tienen que ser procesados en Bolivia”, dijo en una entrevista.
El jurista señaló que durante el gobierno de Áñez, varias personas trataron de avanzar con juicios por las irregularidades encontradas en distintas instituciones, pero fue imposible ya que nunca se aceptó ni un juicio en contra de su propio ministro.
“Comenzó hace un año y medio, mucho tiempo, creo casi un mes después de tomar el poder, cuando fue nombrado ministro. Estas acciones comenzaron esos días y como dije, no es como una acción, ha habido muchos abusos que continuaban por mucho tiempo y es porque son delitos muy serios aquí en Estados Unidos (EEUU) y me imagino que también en Bolivia”, aseveró.
Becker recordó que Murillo arriesga una condena máxima de 20 años, pero dependiendo cómo se presente el caso y las pruebas, podría reducir la sanción en 4 o 5 años.
El abogado de la Clínica de Derechos Humanos de la Universidad de Harvard, opinó que Murillo “tiene que ser procesado en Bolivia”.
