«La actitud es lo que más me molesta», sentenció el DT de la Verde después de caer 3-0 ante Argentina en La Paz, y es una gran autocrítica. La actitud del equipo fue el reflejo de su actitud y es que Gustavo Costas no mostró hasta ahora ni un destello de trabajo, tanto en partidos amistosos como en los dos oficiales.
El equipo parece jugar a pura intuición cuando el fútbol actual está lleno de sistemas y esquemas que se ejecutan en cancha y no en conferencias de prensa.
La falta de actitud no solo es de la parte deportiva también se ve en la burocracia de la FBF, pues su presidente se concentró en clausurar torneos y descuidó el trabajo de la selección, empezando del fracaso ante Panamá -tanto por el resultado como por la recaudación- siguiendo con el acceso de la población a la transmisión de los partidos -quieren vender un producto que no es de calidad- oficiales y amistosos.
La irresponsabilidad con la ilusión de los hinchas parece tener el singular en Costa y el plural el Costas.
El primero, Fernando Costa, tiene que ver más allá del negocio su paso por la FBF, dejar de promocionar a los jugadores de su equipo en el torneo local cuya presidencia está en manos de su hijo mientras él está en la Federación, impulsar un fútbol más competitivo a nivel de clubes y selección en todas sus divisiones -especialmente las inferiores- y cumplir con el anuncio de que la base de la Verde es La Paz.
El segundo, Gustavo Costas, debe dejar de vender humo, ser realista y empaparse con un fútbol que ni siquiera llega a la media en la región. Debe enfundarse el buzo, a manera de overol, y ponerse a trabajar en La Paz para revertir esa situación y alcanzar un nivel competitivo aceptable y que responda al orgullo de millones de bolivianos que incondicionalmente apoyan a la Selección. Si le incomoda estar a 3.600 metros sobre el nivel del mar, con esa actitud pedirá al equipo que juegue y gane en ese contexto?
Se esperaría que rectifiquen el camino, pero por lo visto parece que ni lo tienen trazado, Costa y Costas están a tiempo de tomar mejores decisiones, deben cambiar los hoteles y las tarimas de conferencias de prensa por las canchas. Tirar la toalla puede ser una opción; ponerse a trabajar sería la más digna.
Eduardo Chávez Ballón
Es periodista