Los Marianos, así bautizaron sus cuidadores a los cuatro tatúes bebés que se salvaron de morir en los incendios que se dieron en cercanías del municipio de Roboré, en Santa Cruz. Sin embargo, la madre no corrió con la misma suerte pues perdió la vida calcinada. Los pequeños luchan por subsistir sin el calor maternal.
Hace 15 días, pobladores de Chochis, una comunidad de Roboré, se trasladaron al cerro para apagar el incendio que lo consumía. Entre los afanes observaron salir de una cueva a un tatú adulto, cuyo cuerpo fue devorado por el fuego cuando intentaba escapar, relató Jerjes Suárez, veterinario del municipio.
Al oír chillidos, los comunarios y bomberos cavaron dos metros la cueva y hallaron a cuatro tatúes bebés. Fue entonces que llamaron a Suárez para que su revisión y rescate. “Los bebés están bien, tienen un mes y medio de vida, aún son pequeños. Es complicado cuidarlos porque extrañan a su mamá, las primeras noches no pude dormir porque lloraban mucho”, relató el profesional.
Los Marianos, llamados así porque fueron hallados frente al santuario de Mariano de la Torre, miden solo 10 centímetros (cm) de largo y con la colita incluida llegan a 17 cm. Un tatú adulto mide 50 cm. Suárez tuvo que darles leche con jeringa y mamadera, pero con el tiempo aprendieron a beberla del plato.
“Son inquietos, uno casi se me escapa, así chiquito trepó la jaula, es su instinto de querer ser libres, pero lo harán cuando crezcan un poco más. Ya acarrean ramas, empiezan a escarbar y comer lombrices. Nos organizamos con dos maestros para su cuidado, ellos les dan ahora cobijo. Yo superviso siempre su alimentación y salud”, detalló.
Los tatúes bebés son parte de los animales afectados por los incendios que se suscitan en el país desde julio, muchos de ellos derivados del chaqueo en esta época.