Ropa, alimentos, jugos, barbijos, postres… Las afueras de los recintos electorales se convirtieron en ferias improvisadas, aprovechando que no hay circulación vehicular.
Como suele ocurrir en los pasados comicios, los vendedores instalaron sus puestos desde muy temprano, para asegurarse un buen lugar de comercialización.
Si bien se ha dispuesto que no haya puestos de venta al menos a 100 metros de los recintos electorales, ello no fue impedimento para que se armen estas ferias.
No obstante, a pesar de que dentro de los colegios se respeta el distanciamiento para prevenir el coronavirus, ahora no había el cuidado necesario. En algunos casos, las personas caminaban sin barbijo.
Por otro lado había ciudadanos que caminaban preocupadas por estar bien informados, como Fabián Nina, quien con su radio portátil escuchaba las noticias, a pesar del ruido, a veces molesto, de los altoparlantes que ofrecen «todo barato».
