La situación de los jugadores de San José “es triste” como consecuencia de la indiferencia del directorio del club que encabeza Huáscar Antezana.
La entidad sigue sin pagar los sueldos, en varios casos la deuda se arrastra desde la temporada 2019; el presidente no responde a las demandas de los jugadores no solo económicas y, lo que es peor, “no da la cara”, denunció el atacante Rodrigo Vargas.
“Es triste nuestra situación, porque con nuestros propios recursos nos estamos manteniendo en Oruro, tenemos cuentas pendientes y no tenemos ninguna comunicación oficial, nadie nos dice nada y nosotros seguimos trabajando por nuestra cuenta”, contó el atacante.
Pese a su complicada situación económica los propios jugadores ponen sus recursos para contratar canchas y realizar trabajos en gimnasios o en arena, porque los predios del club no están a disposición.
Aclaró que “no existen entrenamientos formales, porque los dirigentes no nos llamaron para nada oficial, nada de nada, todo lo hacemos por el cariño que le tenemos a San José”.
Trabajo
Además de los problemas económicos, el club no tiene entrenador luego de que en marzo se marchara el argentino Omar Asad, quien se fue reclamando que se le pague los meses que dirigió.
Con el cargo acéfalo son los propios jugadores que coordinan los trabajos cuando tienen la oportunidad de entrenar en una cancha.
“Contratamos canchas con nuestros recursos y nosotros nomás nos encargamos de coordinar las tareas”.
El plantel también trabaja en gimnasio, pero ahí tiene la ventaja de que cuenta con un instructor.
La preparación apunta a una probable reanudación del torneo Apertura “porque si se vuelve a jugar nosotros somos los que vamos a poner el pecho en la cancha”, aunque el club tiene la idea, según trascendió, de afrontar el resto de la temporada con una formación juvenil.