Tras algunas observaciones, la Fiscalía dio luz verde a la denuncia de la exdiputada del Movimiento Al Socialismo (MAS) Lidia Patty contra el líder Creemos, Luis Fernando Camacho, y su padre José Luis Camacho por el delito de terrorismo por un presunto “golpe de Estado” durante la crisis de 2019 que derivó en la caída de Evo Morales.
El excívico rechazó la denuncia y aseguró que en ese entonces hubo una rebelión y no un golpe.
“Niego enfáticamente, además, haber participado en algún golpe de Estado, es más, en Bolivia en noviembre del pasado 2019 no existió golpe de Estado, solo existió un pueblo que se rebeló ante un descomunal fraude electoral, reconocido por el propio Evo Morales que anuló las elecciones; existió además la renuncia del Presidente y operó una sucesión constitucional”, reseña parte de un comunicado del ahora candidato a la Gobernación.
La denuncia de Patty también apunta al excomandante de las Fuerzas Armadas Williams Kaliman; el entonces comandante de Operaciones Carlos Orellana; al jefe del Estado Mayor Flavio Gustavo Arce San Martín; y al excomandante de la Policía Yuri Calderón.
Según la denuncia, lo ocurrido en noviembre de 2019 fue un «golpe de Estado» y se menciona como víctimas al expresidente Evo Morales, el exvicepresidente Álvaro García, y los expresidentes del Senado Adriana Salvatierra y de Diputados Víctor Borda.
Morales renunció a la Presidencia en medio de la convulsión social que derivó de las denuncias de fraude en las anuladas elecciones presidenciales del 20 de octubre de 2019.
Una auditoría encargada por el exmandatario a la Organización de Estados Americanos (OEA) halló graves irregularidades en el sistema de cómputo. Es más, estableció el uso de un servidor informático oculto.
