Durante la pandemia del coronavirus, en América Latina y el Caribe han surgido una treintena de nuevos multimillonarios, que aumentaron su patrimonio en $us 196.000 millones, según un reporte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El texto, firmado por el subsecretario general de la ONU y director regional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para América Latina y el Caribe, Luis Felipe López-Calva, citó a Forbes y señaló que en marzo de 2020, cuando apenas se habían confirmado los primeros casos de coronavirus en esta parte del mundo, en la región había 76 multimillonarios con un patrimonio neto combinado de $us 284.000 millones.
Ese número de multimillonarios aumentó en marzo de este año a 105, con un patrimonio de $us 448.000 millones; y dos meses después, en mayo, ya son 107 acaudalados, que suman $us 480.000 millones.
«En conjunto, vemos que durante la pandemia el número total de multimillonarios en América Latina y el Caribe aumentó en 31 y su patrimonio neto combinado aumentó en $us 196.000 millones, esto es aproximadamente el tamaño de la economía en Ecuador», mencionó López-Calva en el reporte, según informó RT.
El funcionario de la ONU indicó que esto quiere decir que el acervo de riqueza de los multimillonarios en la región «ha crecido más del 40% durante el COVID-19 hasta el momento».
El reporte precisa que alrededor de las tres cuartas partes de los multimillonarios de la región son de Brasil y México, al igual que aproximadamente el 80% de su patrimonio neto combinado.
En el mismo artículo, López-Calva detalló que la región de América Latina y el Caribe es la segunda «más desigual del mundo», y hace la comparación de este aumento de los multimillonarios y su patrimonio con el creciente índice de pobreza.
Señaló que según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) hubo un incremento de la pobreza en la región, que pasó de 30,5% en 2019 a 33,7% en 2020, mientras la pobreza extrema del 11,3% al 12,5%.
Entretanto, el Banco Mundial prevé un aumento de la pobreza extrema, de 24% en 2019 a 27,6% en 2021.
López-Calva sugirió que «gravar a los más ricos podría proporcionar algunos de los recursos necesarios para promover ganancias sociales y económicas generalizadas»; aunque, dice, «esto no necesariamente incluye gravar la riqueza, sino el retorno de esa riqueza».
Señaló que, en las circunstancias adecuadas, esto podría tener efectos positivos tanto en la equidad como en la eficiencia.
«A medida que la pandemia continúa en la región de América Latina y el Caribe, está ejerciendo una presión cada vez mayor sobre nuestros sistemas fiscales y exponiendo las grietas existentes en nuestras redes de seguridad social. Ahora debemos reinventar un nuevo camino a seguir, uno que sea más equitativo y más sostenible que el que estábamos antes», subrayó el funcionario.