A propósito de San Roque y el corazón del hombre

Aunque la situación es oscura también está el buen corazón de quienes como mencione antes si los aman, cuidan de los animales, sin importar su raza o especie, si son domésticos o silvestres y velan por su seguridad, alimentación y sobre todo les brindan amor sincero.

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El 16 de agosto celebramos San Roque, patrono de las mascotas y los enfermos. En esta fecha recordamos con cariño a nuestros amigos gatos y perros, aunque también algunas personas adoptan animales que no son de hogar, pero que con su dócil comportamiento terminan por llevar ese título.

Muchos fueron los agasajos realizados en los que se los vistió con las mejores galas, la mejor comida, misas de bendiciones, campañas de salud y otras atenciones.

No faltaron las veterinarias, peluquerías y tiendas de animales que ofrecieron sus promociones para consentirlos. También hubo difusión de mensajes sobre su cuidado responsable, algo que debería ser no de un día, sino cotidiano, pues parece que se nos olvida.

Todos estos agasajos están muy bien. Pero ¿qué pasa con los animales sin familia, con los que viven en las calles solos, sin comida? ¿Cómo hacen para sobrevivir todos los días? ¿Quién se preocupa por ellos y más aún cuando están enfermos o sufren algún accidente?

Sin duda hay personas de buen corazón quienes, sin medir su situación económica, buscan la manera de atenderlos o ayudarlos con lo mucho o poco que tienen. Pero está la otra cara: aquellos que los consideran un estorbo o los tienen en su hogar, pero poco les importa cómo pasan sus días. O peor aún, personas que sin piedad alguna los matan y hacen de los últimos minutos de vida de un animal, los peores.

Es triste enterarse cómo hay humanos que no tienen el corazón para darse cuenta de que perros, gatos, caballos, vacas y otros seres también tienen sentimientos, aunque sea difícil de entender o creer.

La Ley N° 700 del Estado Plurinacional de Bolivia, de 2015, menciona como objetivo principal “establecer el marco normativo para la defensa de los animales contra actos de violencia, crueldad y maltrato cometidos por personas naturales o jurídicas”.

Sin embargo, las muertes y actos de violencia en contra de los animales continúan. Se puede pensar que las penas son muy leves o que las personas se burlan de la Ley. Recordemos el horrible caso de un hombre de la tercera edad que no pagará por el delito cometido en contra de un perro al que a sangre fría mató cruelmente o del tucán que buscando refugio fue golpeado, perdió su pico y por mas esfuerzos que los veterinarios hicieron, perdió la vida, Asimismo, caballos son utilizados para realizar paseos, teniendo que esperar su turno bajo el sol o la lluvia. Y estos son solo algunos ejemplos. La mayoría de los casos no se reportan y son igualmente salvajes.

Es triste saber cómo algunos hombres no tienen un ápice de sensibilidad o empatía y simplemente buscan dañar la vida de estos seres vivos de cualquier forma, ya sea por venganza, por odio, rabia o por gusto. Quisiera pensar que pronto la coherencia y la sensibilidad harán presencia en el corazón de hombres y mujeres y se dará fin a los maltratos, a las mascotas abandonadas a su suerte, atropelladas o a las utilizadas para la reproducción y venta ilegal.

De casualidad encontré en las redes sociales una frase dicha por Christoph, un granjero francés que viajó a España  porque desde niño había soñado con adoptar y  salvar a un toro de su cruel destino. Este hombre valiente lo crió desde becerro como si fuera un perro. El animal adoptó ese papel y se volvió dócil y cariñoso, lo cual demuestra que el trato que damos hace mucho en su comportamiento. Por esto quiero reproducir sus bellas palabras: “Si hay animales sin sentimientos, esos son los humanos”.