Este año se dio a conocer una serie de suicidios, hechos que no quedan en una cifra, pues, cada vez se incrementa más este número y la preocupación y empatía de la sociedad llegó a tal punto de pegar hojas de papel con frases motivacionales en el Puente de las Américas, lugar donde personas que no encuentran un sentido o quieren escapar de los problemas que los afligen, acuden dar fin a sus vidas.
En el transcurso de estas últimas semanas, los medios de comunicación se llenaron con noticias de feminicidios y suicidios y los usuarios de diferentes redes sociales no tardaron en compartir la información de los distintos casos.
“Un hombre entre 35 y 45 años se quita la vida desde el puente de Las Américas”, “Feminicidio seguido de suicidio”, “un joven intenta quitarse la vida en el puente de Las Américas”, “intento de suicidio por parte de una mujer alteña en su domicilio”, “madre de escasos recursos intenta quitarse la vida y la de sus hijos tomando raticida”, “otro hombre se lanza del puente de Las Américas, “pareja se lanza del puente de Las Américas”, “feminicida se quita la vida y deja una carta”, son solo algunos de los muchos titulares que los medios de comunicación publicaron en lo que va de este 2021.
El suicidio es el acto por el que una persona se provoca la muerte de una manera intencionada. Esto sucede como consecuencia de un sufrimiento psíquico y desesperación debido a dificultades económicas, relaciones interpersonales, soledad, acoso psicológico, pérdida de un ser querido o problemas emocionales, entre otros factores.
Según el artículo “El suicidio, conceptos actuales”, publicado por la revista científica scielo.org, “el suicidio consumado acontece frecuentemente en hombres mayores de 50 años por ahorcamiento o uso de armas de fuego. Aunque de manera alarmante, en años recientes ha ido en aumento el número de suicidios entre jóvenes de 15 a 24 años de edad, y es más común entre los de clase socioeconómica baja, con tratamiento psiquiátrico previo, con algún trastorno de la personalidad y antecedentes de abuso de substancias controladas y de intento de suicidio”.
Algunos factores de riesgo en personas con pensamiento suicida, incluyen el aislamiento, salud precaria, depresión, alcoholismo, baja autoestima, desesperanza, además de sentimientos de rechazo sentimental, familiar y social. Frecuentemente el suicida da indicios verbales directos e indirectos de su intención suicida.
Sin embargo, un aspecto que no ha sido suficientemente evaluado, es el suicidio dentro del contexto de la pandemia por COVID-19, que obligó a respetar un aislamiento en cuarentena rígida desde marzo de 2020, trayendo consigo graves consecuencias financieras a una gran parte de las familias bolivianas.
El suicidio es un problema grave de salud pública y requiere atención especial. Actividades que incentiven la provisión de mejores condiciones para la educación de niños y jóvenes, personal médico capacitado para lograr la detección y tratamiento eficaz de ese tipo de trastornos, la creación de más fuentes laborales y la eliminación de medios para consumar un suicidio, son algunos factores que según estudios podrían llevar a mejorar este tema y bajar las cifras de personas suicidas.
Asimismo, el apoyo de autoridades y la sociedad en general, es primordial para que los números bajen. La empatía que muestran muchos ciudadanos al proponer pegar frases motivadoras como “Tu familia te ama, te esperan en casa para que hablen”, “Puede que hoy sea un día malo, pero mañana será diferente, confía” o “Todo mejorará, por favor ve a casa”, son un paso más para lograr un cambio, sea grande o pequeño.