Cerca de las 17.00 de este jueves un cúmulo de vítores quebró la paz de Huajchilla, localidad ubicada a unos 20 kilómetros de La Paz. El joven dirigente cocalero del Chapare Andrónico Rodríguez y el ejecutivo de la Federación Nacional de Maestros Rurales de Bolivia Freddy Mamani recibían el respaldo “unánime” de sus colegas para comandar las cámaras de Senadores y Diputados, respectivamente.
La cita se había desarrollado durante unas ocho horas en una absoluta reserva. Los organizadores habían dispuesto que solo los “electos” como legisladores por el Movimiento Al Socialismo (MAS) podían ingresar al “Flor de Liz”, la casa de campo ubicada en el municipio de Mecapaca, que tantas veces usó ese frente cuando Evo Morales administraba el poder del país.
Varios “padres de la patria” azules intentaron huir al interrogatorio de la prensa y evitaron referirse al tema. “Las jefaturas harán los anuncios correspondientes”, habían dicho la diputada Betty Yañíquez y la senadora Patricia Arce.
En algún momento en los debates internos sus nombres habían sido mencionados para ocupar los cargos clave del Legislativo.
Pero fue el mismo Andrónico Rodríguez, electo senador por el Movimiento Al Socialismo (MAS), quien, a la luz de la luna, confirmó su nominación, aunque matizó que aún no era oficial.
“Esperemos estar a la altura del momento histórico que vive el país. Necesitamos reconciliarnos”, dijo, sin embargo, de manera escueta.
En los últimas días, su rostro ha quedado grabado en las memorias de los celulares tantas veces como abrazos y saludos recibe. Su irrupción en la política le ha significado eso y más, incluso fuera del Chapare, su bastión, donde sus seguidores ya están acostumbrados a sus encendidos discursos.
No por nada fue nominado por sus bases como candidato a la Vicepresidencia.
Por el contrario, el futuro presidente de Diputados salió de la casa de campo custodiado por tres hombres, uno de baja estatura que a manera de un barbijo usaba una bufanda táctica para cubrirse parte del rostro mientras repartía empujones por doquier. Todo para evitar que el «profe» tenga contacto con la prensa.
Al final, cercado por los periodistas, Mamani solo atinó a decir que todo se definirá la siguiente semana, el martes 3 de noviembre, cuando se instalen las sesiones preparatorias de cara a la nueva legislatura.
El profesor no sabía que dos de sus colegas, la diputada Bertha Acarapi y el senador Félix Ajpi, habían quebrantado el pacto de confidencialidad que se estipuló en la reunión, en la que además se remarcó que era de «vida o muerte» conservar la “unidad granítica” del remozado MAS.
La premisa venía acompañada de una advertencia: no se permitirían “traidores” en las filas de las bancada azul que esta vez solo tiene mayoría y ya no los dos tercios de las curules. La disidencia será castigada, se escuchó en la sala a la que en ningún accedieron los medios de comunicación.
Arce no tuvo contacto con la prensa. Se fue en el mismo vehículo que lo introdujo en la casa de campo. Llegó a las 10.00 y se fue sin dejar rastros al término de la reunión.
Mientras que David Choquehuanca, quien el 8 de octubre jurará como Vicepresidente del país y presidente nato de la Asamblea, se dejó ver un momento a través de las rejas verdes antes de abordar un vehículo. Luego, cambió de motorizado y salió del lugar camuflado por sus vidrios oscuros.
Así cerró la cita, la primera de su tipo que lideró Arce, el nuevo presidente de Bolivia.
